La pandemia nos llevó a todos a pasar cada vez más horas frente a la pantalla. Sobre todo a los niños, niñas y adolescentes que, al cumplir con las disposiciones del aislamiento social y obligatorio dispuesto por el Gobierno encontraron en sus casas, en sus computadoras específicamente, la forma de pasar el tiempo, de estudiar, jugar y de mantener contacto con el afuera, con sus amigos y familiares.
Si bien no es nada nuevo sostener que cada vez a más temprana edad los chicos acceden a la tecnología, todavía es muy insipiente la forma en que se trabaja en la educación sexual con perspectiva digital.
Muchas veces estamos ajenos a los peligros a los que se exponen los menores pasando tantas horas en las redes sociales y las plataformas digitales.
Y no se trata de demonizar la herramienta de internet que ha sido de gran utilidad sobre todo en este contexto de aislamiento, sino de alertar sobre el flagelo del grooming al que nuestros hijos pueden estar sometidos y, simplemente no saberlo.
El grooming es un tipo de acoso ejercido por un adulto que utiliza internet para seducir, amenazar, provocar y chantajear a menores. Muchas veces lo que hacen es crear un perfil falso para hacerlo, y puede durar semanas o meses produciendo daños psicológicos e incluso físicos, si llegara a concretarse el encuentro.
En nuestro país el Grooming fue caratulado en el 2013 como un delito en la Ley Penal 26.904 art.131; y existen organizaciones no gubernamentales que ayudan en la concientización de este delito.
Actualmente la ONG Grooming Argentina trabaja junto a otras organizaciones públicas, privadas y de cooperación internacional para concientizar, prevenir y brindar los pasos legales para poder meter preso a los “groomers”, es decir a quien busque contactar a un menor con fines sexuales.
Fieles a su slogan según el cual no existe vacuna contra el grooming, trabajan en todo el país dando charlas y talleres de concientización, y brindando asistencia integral a las víctimas
Un estudio realizado por la institución en una muestra de 4.276 menores, entre los 9 y los 17 años, arrojó un resultado alarmante: 6 de cada 10 niños, niñas y adolescentes habla con desconocidos en nuestro país, 3 de cada 10 adolescentes de entre 14 y 17 años llegaron a un encuentro personal con esa persona, y 4 de cada 10 practican sexting, una práctica en la que se envía contenido íntimo.
GROOMING EN SANTA CRUZ
En los últimos días se conoció la noticia de que “Grooming Argentina” llegará a Santa Cruz para ayudar a combatir el acoso sexual por internet a niños, niñas y adolescentes, y será David Catrihuala quien comenzará a coordinar la seccional provincial. La ONG ya está presente en 20 provincias y cuenta con una amplia red de voluntarios.
Catrihuala es coordinador de Políticas Públicas en el Municipio de Río Gallegos y ya ha trabajado impulsando el Registro Permanente de Agresores contra la Integridad Sexual, que incluye al grooming como delito pero que nunca se reglamentó en la provincia (se sancionó como Ley 3.659 durante el 2019).
“El desafío en Santa Cruz es crecer. ‘Grooming Argentina’ tiene representación en 20 provincias. Yo me sumé hace algunos meses. Hace algunas semanas el coordinador de Recursos Humanos me preguntó si me interesaba, así que acepté. Es un desafío enorme porque la provincia no está exenta de esta problemática”, sostuvo; y agregó que en Santa Cruz es muy poco lo de grooming que llega a denuncias, por lo tanto es difícil tener un testeo de la situación, por lo que más aún es muy necesario visibilizarla.