El entrenador de 48 años y nacido en San Jorge, seguirá dirigiendo a Hispano Americano y, a la vez, será el técnico nacional en las próximas dos ventanas FIBA, la segunda pautada para febrero.
Habla de él cuando no le queda otra alternativa, de la forma más escueta posible y siempre en relación a algo más grande, como parte de un conjunto de personas, de un equipo, de un proceso… “Es que el éxito, para mí, va más allá de un nombre, es necesario repensarlo: siempre somos parte de algo más grande cuando logramos cosas”, reflexiona, siempre desde su perfil bajo, en el comienzo de la charla con Prensa CABB. Gabriel Piccato lleva horas como nuevo head coach de la Selección, pero nada ha cambiado. Ni su forma de pensar ni de actuar. Está orgulloso y disfruta de esta designación, pero a su manera, bajando el mensaje con el que se siente más cómodo y ya pensando en cómo hacer su trabajo lo mejor posible. “Estoy tratando de organizar milimétricamente cada día para poder cumplir con ambas funciones (NdeR: ser coach de Hispano Americano en la Liga Nacional y cabeza principal del staff del seleccionado mayor), sobre todo en estos pocos días que quedan hasta la ventana de FIBA”, explica este santafesino de 48 años que, en varios sentidos, se presente como un hombre contracultural (para dar un ejemplo, no tiene redes sociales).
—¿Esperabas la designación o te sorprendió?
—Quedé totalmente sorprendido. Entendía la situación de incertidumbre que existía en torno a la elección y mi mente estaba puesta en prestar la colaboración que el staff necesitara. Pero en ningún momento pensé que me tocaría a mí. Ahí te demuestra que la vida te depara sorpresas…
—¿Quién te dio la noticia y qué sentiste cuando te la comunicaron?
—Me llamó Fabián Borro en nombre de la institución que preside, mientras yo estaba en mi habitación. Y lo que sentí, en ese momento, fue más obligación que disfrute, se me vino el tener que responder a semejante responsabilidad… La alegría fue posterior, en las horas siguientes. Pero, por una característica de mi personalidad, lo primero que me vino a la conciencia fue la alta responsabilidad que asumía en ese instante.
—Entonces ya sentiste la presión del cargo. ¿No es que estás relajado porque ya conocés el proceso, los jugadores, y hay una forma de jugar y vos tenés mucha experiencia en la dirección técnica?
—No, claro, siento ese cosquilleo, esa responsabilidad, de querer hacer bien al trabajo y de estar a la altura de la función. Sería de mal profesional tomármelo a la ligera. Todos queremos hacer bien nuestro trabajo, en el rol que nos corresponda, y en éste más aún. Por suerte, una clave, para mí muy importante, es sentirme protegido y respaldado por el staff.
—¿Qué significa en tu carrera una designación tan trascendente?
—Es una grandísima oportunidad, no hay dudas. Un desafío muy importante en mi carrera. Pero, más allá de eso, prefiero focalizar en que esto es consecuencia de muchas muy buenas oportunidades que me dieron y que ha dependido de muchos factores. Hay mucha gente que tengo para agradecer: a las autoridades de la CABB, por supuesto, pero también a muchas personas que han estado involucradas a lo largo de mi carrera y sin ellos no estaría acá. Creo que cosas así trascienden lo individual.
—Sos de los entrenadores con más perfil bajo del ambiente. ¿Esto es un triunfo de los trabajadores silenciosos, por así decirlo?
—Nunca lo pensé desde ese lado. El perfil bajo lo elegí y va de acuerdo a mi naturaleza como persona porque el más alto me da miedo que aleje del mundo chiquito que me hace sentir bien conmigo mismo. Yo prefiero privilegiar el tiempo en cuestiones que me parecen más valoración, como sumar conocimientos. Y pretendo hacer pocas cosas pero con profundidad. Nunca me plantee si esta forma de ser tendría más o menos recompensas.
—Para los que te conocen menos, ¿qué les dirías, qué tipo de entrenador sos? ¿O cómo te gustaría que te conozcan?
—Diría que van a ver eso de mí. Que soy una persona que siente mucha pasión por lo que hace y trata de involucrarme al máximo en cada proyecto, con sus virtudes y limitaciones. Un entrenador que prefiere evitar lo personal, que tiene una mirada global, que confía más en el equipo y que considera que ahí, en lo colectivo, está la verdadera fortaleza. Espero que la gente vea más que un nombre propio sino alguien que es parte de algo más interesante.
—¿Qué considerás que es lo más importante de esta determinación que tomó la Confederación Argentina?
—Claramente lo más importante es la continuidad de un proceso. Y el coraje que tuvieron los dirigentes de la institución para mantener vigente este proyecto. Ese tipo de ejemplos no suelen ser comunes en las nuevas dirigencias que llegan a un lugar. Generalmente traen a su gente y descartan lo que está, con lo que siempre hay que empezar de nuevo. No es éste el caso. Se decidió por la unión y no por la división. Como hay veces que existe gente que es crítica cuando pasa lo contrario, ahora no podemos dejar de reconocer esto que han hecho.
—¿Esta continuidad del proceso tendrá alguna impronta personal?
—Yo creo que una de las cosas más importante que podemos hacer es agudizar la observación. Hay lugares que tienen su cultura y tradición, en este caso un camino muy claro. Deberemos seguirlo, con los mismos valores y principios. A esta altura podemos hablar de una marca registrada que excede cualquier nombre propio. Basta con revisar la historia para darnos cuenta que, a lo largo de décadas, se ha demostrado una gran generosidad para ponerse al servicio de…. Tenemos que ser fieles a eso y saber que el todo jerarquiza más que la persona. Yo me siento parte de este todo y estaría tan contento como hoy si el designado hubiese sido Silvio (Santander).
—¿Notás dificultades para cumplir con tus dos trabajos en estos días que tendrás un poco más de superposición de responsabilidades?
—No. Ya estoy tratando de optimizar el tiempo y la concentración, y eso se logra organizando milimétricamente el día. De esa manera, uno le da el peso necesario, a cada cosa, en su debido momento. En el tiempo no se puede sostener, pero por estos meses no habrá problemas.
—¿Qué tipo de plantel pensás armar para esta ventana que ya se viene?
—Pensamos en convocar jugadores jóvenes, emergentes, con proyección y, en algunas posiciones clave, buscaremos ciertos jugadores de experiencia y jerarquía probada. La idea es asegurar el presente inmediato pero pensando en ir abriendo las puertas al futuro.
—Se vienen Colombia y Chile en la ventana que comienza el 27 en Obras. ¿Qué tipo de rivales son?
—Sin entrar en detalles del juego, el hilo conductor de ambos es que vienen creciendo, en sus competencias internas y en el desarrollo de jugadores, en el caso de Colombia con más capacidad atlética, y en el de Chile desde la propuesta de juego y la calidad individual. Ambos son rivales de cuidado, como todos. Hay que construir cada triunfo y la certeza sólo se tiene cuando termina el juego. Nunca podemos confiarnos.
LA LISTA DE CONVOCADOS
José Vildoza, Franco Baralle, Fernando Zurbriggen, Marco Giordano, Juan De la Fuente, Leonel Schattmann, Máximo Fjellerup, Martín Cuello, Leonardo Lema, Bautista Lugarini, Federico Aguerre, Agustín Caffaro, Javier Saiz, Tayavek Gallizzi, Lautaro Berra.
Fuente: INFOBAE