La historia de un emprendedor que se transformó y logro salir adelante en tiempos de Covid y aislamiento.
“Muchos tuvieron la mala suerte de que la pandemia les pegó muy mal, pero a otros nos ayudó a progresar” y a sus clientes “a embellecer su casa, darle algo distinto a su hogar”, dice Mario Ocampo, un soldador que transformó un hobby en un emprendimiento que hoy da trabajo y le permite soñar con seguir creciendo.
Nadie podrá negar que el año 2020 ha sido un año crítico, fuera de lo normal signado por una pandemia que dejó consecuencias en todos los órdenes de nuestra vida: en lo físico, emocional, familiar y económico.
Los optimistas afirman que toda crisis representa al mismo tiempo una oportunidad, porque implica movimiento, cambio y trae progresos. Es en la crisis que nace la inventiva y las grandes estrategias. Superarla puede representar superarse a uno mismo potenciando el propio talento.
Siempre nos llegan historias motivadoras, que nos sirven de ejemplo para creer que con esfuerzo e imaginación se puede esquivar la tormenta y crecer. Ese es el caso de Mario Ocampo, que pasó todo el año haciendo lo que más le gusta y mejor le sale: construir fogones asadores. Pero no cualquier fogón porque promete que sus creaciones no tienen límite sino que dependen de la inventiva y el gusto del cliente: “que nadie te diga cómo armar tu Fogonero La Tapera… con o sin ruedas, con un disco de arado o dos, diferentes medidas…”
La oportunidad en medio de la crisis la vio Mario Ocampo, egresado del Industrial de 42 años que aprendió a soldar en la escuela y si bien dice “por mucho tiempo me dediqué a otras cosas” un buen día desempolvó las herramientas para empezar “primero como un hobby haciendo cosas para mí, después otras cosas para un amigo, otro amigo que me pidió otra cosa más y así se fue haciendo una cadena de pedidos y trabajos” que con el tiempo le permitió comprar más herramientas y empezar a soñar con darle forma de emprendimiento. En ese proceso Mario decidió sumar una persona para que le ayude: “un muchacho que el año pasado -cuando empezó la pandemia- se quedó sin trabajo” y juntos tuvieron el año de mayor cantidad de pedidos “porque la gente se dedicó a hacer más cosas en su casa, entonces eso nos favoreció”.
Si bien los fogones son su trabajo estrella, del garage de Mario Ocampo salen otras creaciones: rejas, mesitas de arrime, maceteros y los muebles industriales que ahora están de moda. Todos los trabajos están en un rango de precios que va desde los $500 las cosas más sencillas hasta $50.000 que son los fogones con mayor elaboración y diseño. Como Mario es de la vieja escuela aún cree en el valor de la palabra y vende en cuotas “todas sin interés” porque sus clientes “o los conozco o son conocidos de mis conocidos, personas de confianza, por eso tengo mucho trabajo y no pretendo hacerme rico con este trabajo” pero suma la satisfacción “de hacer algo que me gusta, poder dar trabajo a mi compañero y ganar para seguir comprando herramientas y arreglar mi casa”.
Para el futuro la idea es salir del quincho de su casa y armar un taller: “Siempre tengo esa idea de poder hacer los trabajos y tener en stock, este año iba a buscar un lugar para hacer un showroom pero arrancamos el año y sigo teniendo pedidos y no tengo tiempo para armar cosas que pueden venir a ver”.
“Muchos tuvieron la mala suerte de que la pandemia les pegó muy mal, pero a otros nos ayudó a progresar” y a sus clientes “a embellecer su casa, darle algo distinto a su hogar” concluyó Mario.
Sus trabajos se pueden ver en el perfil de Facebook “MAO Construcciones y servicios” y en Instagram como “marioocampo156”.
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