Ante la reciente negativa de la posibilidad de presencialidad por parte de ADOSAC, los responsables de los jardines manifiestan argumentos totalmente opuestos: “Tenemos el protocolo ratificado, y necesitamos de la presencialidad. Las clases virtuales no son lo mismo”, explica Karina, titular de uno de los jardines maternales a WOU.
“Necesitamos que los chicos vuelvan, que nos dejen demostrar que cumplimos con los protocolos, que hemos renovado las instalaciones en pos de evitar contagios y siguiendo las normas y cuidados recomendados por Salud”.
El jardín granja “La Taperita” mantiene una deuda millonaria con los propietarios del inmueble, debido a la imposibilidad de afrontar semejante importe. “Tenemos una deuda de un millón de pesos, y solo nos queda la esperanza de abrir para poder afrontarla” informaron sus autoridades.
Uno de los jardines maternales más reconocidos de la ciudad, no pudo aguantar la situación y tuvo que cerrar. Mi Pequeño Mundo, contaba con 12 trabajadores que dependían de la actividad del lugar y al no tener posibilidad de apertura, no pudo solventar la continuidad del personal. Con más de 20 años de funcionamiento, Mi Pequeño Mundo anunció el cierre definitivo el año anterior.
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