Los altísimos niveles de emisión de 2020 para suplir el IFE obligaron a abastecerse de físicos que, por el momento, el Gobierno ve suficientes.
Los bancos reclaman que se emitan billetes más altos pero el Central prefiere ir por el dinero digital.
Pese a los pedidos del sector financiero, el Banco Central (BCRA) considera que, por el momento, no es necesario imprimir billetes con números más altos que el de $ 1000.
Así lo confirmaron fuentes oficiales a este medio, que, además, destacaron que por ahora no está en análisis emitir un billete más alto.
“El BCRA impulsa el uso del dinero electrónico, a través del programa de Transferencia 3.0, que avanza en la interoperabilidad del sistema de pagos por QR”, subrayaron.
Por otra parte, ante la consulta de si esto puede llevar a que la Argentina tenga que entrar en gastos por verse obligada a tercerizar en el exterior la fabricación de pesos, desde la entidad aseguraron: “No están previstas nuevas importaciones de billetes”.
En el Central consideran que luego del pico de demanda que se vio el año pasado, a raíz del IFE, la cuestión se estabilizó y eso permitió abastecer las necesidades a partir de la capacidad de la Casa de la Moneda.
No obstante, fuentes del sector bancario consultadas por El Cronista insisten en la necesidad de que se emitan billetes de más valor, como respuesta a la inflación de los últimos años.
“Hoy la mayoría de los que circulan son de $ 100. Es un costo para los bancos y una molestia para los usuarios”, respondieron desde el sector. Sin embargo, en línea con la postura de digitalización del BCRA, recomendaron utilizar MODO, la app para transferencias digitales creadas por todas las entidades bancarias del país.
En el mercado hay quienes consideran que la postura del Gobierno y del BCRA responde a no querer convalidar la inflación.
El economista Nicolás Gadano, quien fue subgerente y luego gerente del BCRA entre 2016 y 2019, señaló: “El presupuesto del BCRA 2021 prevé gastos por $ 33,7 mil millones, un 153% nominal por encima de lo gastado en 2019. El impulso principal son los costos de fabricar billetes (gastos de emisión), que en moneda constante crecieron un 86% anual en 2020”.
En esa misma sintonía, Gadano añadió que “el fuerte aumento en los gastos de emisión está directamente asociado a la postura de no emitir billetes de mayor denominación, decisión que desbordó la capacidad de producción de la Casa de Moneda y llevó a importar billetes, como en 2013/15”.
El especialista estimó que la impresión de billetes representa un 35% del gasto de funcionamiento de la autoridad monetaria y criticó que un incremento en las erogaciones del Banco Central se paga con “más emisión”.
Gadano, en tanto, se mostró a favor de incrementar la digitalización del dinero, pero reconoció que hay una enorme cantidad de personas que operan en comercios que “no están bancarizados”.
EN DANZA
El problema viene de años atrás. En 2015, Federico Sturzenegger, quien luego fue el primer presidente del Banco Central de la era Macri, había escrito una columna en el diario La Nación titulada: “¿Un billete de $ 500 pesos? No, todo lo contrario: suprimamos el de $ 100?” Con ese título provocativo, Sturzenegger pedía ir un paso más allá en la búsqueda de digitalizar las transacciones.
Sin embargo, durante la gestión Cambiemos se crearon los billetes de $ 500 y de $ 1000, dado que el uso de dinero físico sigue siendo alto en gran parte de la sociedad.
Según pudo averiguar El Cronista, existe en algunos funcionarios del Gobierno la idea de que un eventual billete de $ 5000 iría en contra del consumo, dado que a la hora de gastar, psicológicamente, el impacto es mayor que si una persona tiene varios billetes de $ 100 o de $ 500.
Fuente: El Cronista
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