Ferias al aire libre, una posibilidad ante la tragedia
En la plaza Virgen Niña, en la Plaza de los Poetas o en la Plaza Belgrano, se ven los fines de semana, -pasado el mediodía- como llegan los puesteros para comenzar a armar las mesas y caballetes para la feria, que dará apertura a las 14 horas y se extenderá hasta las 20, como todos los sábados y domingos.
Bajo un protocolo sanitario aprobado por autoridades sanitarias del municipio y la provincia, se buscó regular esta nueva modalidad de venta “excepcional” buscando dar la oportunidad a muchos vecinos de conseguir el sustento diario, a través de la venta de artículos hechos por ellos mismos, o elementos usados en buen estado.
“Si vendemos comida, la Municipalidad debe autorizarlo antes, no podemos vender ropa nueva, y tenemos mucho cuidado con la higiene”, cuenta María, una de las feriantes de la plaza Virgen Niña.
Además, se recomienda evitar saludos con contacto físico, no compartir mate y disponer siempre de alcohol 70/30 o alcohol en gel tanto para vendedores como para clientes. Los puestos deben mantener distancia mínima, solo dos personas por stand podrán atender al público y el uso del barbijo es obligatorio. También se prevé en el protocolo la desinfección de los productos en venta y se prohíbe expresamente la presencia de adultos mayores de 65 años o con factores de riesgo.
“Esto nos permite subsistir en estos tiempos difíciles, donde no hay trabajo y poder estar en este pequeño espacio a veces nos da la comida de la semana” reconoce María, que hace artículos en tela para el hogar, que ella misma confecciona en su máquina de coser.
“La gente viene y ve las cosas, pasea, y puede elegir. Vienen como a un paseo, y eso nos ayuda porque están con más tiempo, preguntan y se pueden llevar las cositas que vendemos” agradece María.
En el caso de la feria ubicada en la Plaza Virgen Niña, denominada “La Diferencia”, una persona provee los caballetes y tablones, y se hace llamar administrador. Esta persona cobra 100 pesos por cada puesto y expone los lineamientos básicos de convivencia: “Acá se respetan los horarios, los lugares y los protocolos”, reconoció el administrador.
Controles y registro
El municipio tiene el registro de cada una de estas ferias, con la identificación de sus puestos y los productos ofrecidos, según aclararon desde la Secretaria de Comercio. Además señalaron que se realizan los controles correspondientes en cuanto al cumplimiento del protocolo sanitario, y que la venta sea según lo acordado en la inscripción. “Por eso un día salen los inspectores de comercio y otro los de bromatología, para alcanzar a todas las actividades que se desarrollan en la feria” indicaron. Esta modalidad está autorizada como medida “excepcional” ante la imposibilidad de poder funcionar en ámbitos cerrados y ante la necesidad de mantener la venta ante el complejo contexto.
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