El dato aparece mientras el Gobierno Nacional busca contener el precio del alimento y la industria frigorífica pide que se flexibilicen las ventas al exterior. La mayor caída fue en las categorías terneros y terneras, con casi 700.000 cabezas.
Según informó el Ministerio de Agricultura, el stock bovino cerró 2020 con un total de 53,5 millones de cabezas, que en comparación al año anterior representa un recorte de 944.000 animales. El primer dato a tener en cuenta es que este escenario sumará presión alcista al precio de la carne, al representar un recorte en la oferta disponible.
De esta manera, la menor disponibilidad de carne tendrá como consecuencia una tensión en los precios que será visible con el correr de los meses. Este factor puede representar un escollo para que el Gobierno Nacional empiece a flexibilizar el actual esquema de exportaciones, que por el momento incluye limitaciones a la venta de vaca con destino a China, un listado de siete cortes parrilleros y el cupo Kosher con destino a Israel.
En declaraciones periodísticas recientes, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, reconoció que la liberación de cupos se hará efectiva siempre y cuando el precio de la carne no registre subas. “El objetivo es mantener estable el precio de la carne, que subió de manera injustificada y vamos a ir liberando más cupos de exportación en la medida en la que veamos que sigue la estabilidad en el mercado interno”, señaló.
En este contexto, la industria frigorífica sigue a la espera de señales en materia de una flexibilización para el comercio exterior. “Con las restricciones, se perderán 100 millones de dólares mensuales, y el recorte en el volumen de producción estará sobre las 25.000 toneladas”, advirtió Javier Peralta, secretario de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra).
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