Alvaro Sanchez Noya es un reconocido empresario ganadero de Santa Cruz, y cansado de lo que considera una concatenación de viejos errores políticos, señalo que la prórroga de las restricciones a la exportación de carne, “no lo sorprendió”.
“La misma medida tomaron en el 2009, y tampoco dio resultados: ni antes, ni ahora”.
Alvarez Noya es presidente de Estancia de Patagonia, y uno de los tres habilitados para exportar carne ovina en la provincia. Sabe, conoce y trabaja en el sector hace décadas, y al ser consultado no disimula la molestia: “El cepo a las exportaciones en un país como el nuestro – que necesita divisas para comprar vacunas o insumos medicamentos- es como autolesionarse”.
El promedio móvil de los últimos doce meses ubican al consumo interno de carne vacuna en 48,2 kg/año/habitante, que si se compara con 2009 (último año de crecimiento del consumo), la baja es del 30,4% y comparado al año pasado, la caída es del 5,2%.
En este marco, el ganadero indica que “sumado a este incesante descenso del consumo, el estado pone restricciones para exportar, y solo deja un camino: el cese de la producción”.
“Esto es cíclico. Recordemos que el precio final de la proteína tiene una gran cantidad de componentes: es una cadena que va desde el productor a las industrias intervienen en el precio- mano de obra, con sus respectivos gremios, Transporte (con sus respectivos gremios) y el comercio (con su sindicato), estos intermediarios, han tenido aumentos en sus salarios, que varían entre 35 y 50 por ciento, y eso se traslada a la carne, inevitablemente “detalló.
El dueño de Estancias de Patagonia redobla la apuesta y asegura que “cuando el estado mete mano en algo, no sale bien”, y apuesta que “esta no es la excepción”.
“Deberíamos dolarizar todo, como sucede con el valor de los autos, o de los insumos. Ojala la carne estuviera dolarizada, y los sueldos igual”.
“Deben entender que el precio de la carne no es una ocurrencia del productor, ni tiene que ver con vender afuera, tiene absoluta relación con los elevados costos internos, y el poder adquisitivo, que es cada vez menor. ¿A quién no le paso que no puede comprar lo mismo que hace un año?”
Y ahora quien podrá defendernos
El sector ganadero ve como única solución la aplicación de políticas productivas acordes al siglo en el que vivimos y orientadas en pos de la población. “Debería haber mas producción y mejores ingresos, la carne que se produce y no se exporta, se deja de producir, porque el mercado interno no consume. Eso no es bueno para nadie”.
“Hay menos hacienda, menos transporte, menos ingresos para todos. El 80 por ciento de la faena de vacunos se hace por plantas que no tienen habilitación de exportación- agrega Alvarez Noya- y la gran cantidad de carne que se produce, se deja en el mercado interno; se podría exportar, pero es un tema de elección de mercado”.
“Hay que crear políticas de estado que piensen en la población, no desde la prohibición. Decir que tenemos producción, por ejemplo el caso de las fabricas de Tierra del Fuego, donde viene todo en una bolsita, es un engaño” finalizo.
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