Luciano
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Un refugio a orillas del Lago Pueyrredón

Cerca de la localidad de Lago Posadas, los lagos Posadas y Pueyrredón, apenas separados por un istmo, deslumbran a los visitantes. En ese marco, un emprendimiento turístico busca posicionarse como un destino para la desconexión y el contacto con la naturaleza.

 

Una iniciativa familiar reinventó el antiguo camping “El Tío” y propone momentos inolvidables a quienes deciden visitarlo. Ubicado a 100 km de la ruta 40 y a 30 km de la localidad de Lago Posadas, el ahora “Refugio Lago Pueyrredón”, se ubica a orillas del espejo de agua que le da nombre. En un predio de 10 hectáreas donde se distribuyen cinco cabañas con capacidad para 28 personas.

Llegar hasta el Refugio es una experiencia que revela en su recorrido paisajes de una belleza acogedora. Saliendo desde la localidad de Lago Posadas, el camino serpentea en la estepa hasta bordear el lago Posadas donde se observa el mítico “Arco de Piedra”. Cruza el istmo que separa los lagos Posadas y Pueyrredón y a 3 km se encuentra el Refugio, inmerso en un escenario único de cordillera.

“Las aguas calmas del Posadas son de color turquesa cristalino mientras que las del Pueyrredón y sus grandes olas son de azul profundo. Ese escenario enmarcado por los distintos colores de las rocas, son paisajes que no ves en otro lugar”, cuenta Daniela Calisto, corazón y alma del emprendimiento.

A principios del siglo XIX, por ese camino pasaba “la ruta de la lana”. Conocida así porque era el camino por el que se trasladaban en carreta los fardos de lana de los establecimientos de la región, en una travesía impresionante que iba formando grandes caravanas desde la gran comarca que conforma el Cerro San Lorenzo, el río Oro, los lagos Posadas y Pueyrredón hasta los puertos del océano Atlántico.

Este imponente circuito unía muchas estancias y boliches de campo, los cuales solventaban los imprevistos en la marcha. Una construcción, antigua casa de rubros generales, todavía se conserva en el camino como testimonio de un tiempo que sin dudas, forjó socioculturalmente esta parte de la estepa patagónica.

El Refugio ha sumado propuestas de recorridas guiadas que son acompañadas por hermosas vistas del campo florido en verano, el lago azul, las montañas nevadas, postales que “la cámara no logra captar con totalidad lo que ven los ojos”, asegura Calisto.

Una de estas propuestas es la imperdible visita a la “Cueva del Puma”. En medio del camino, se erigen unas rocas rojizas inmensas y se abre un corto desfiladero que se abre paso albergando una pequeña cueva donde la luz no llega a penetrar. A mitad de camino, los senderistas pueden elegir llegar hasta el yacimiento arqueológico “Cerro de los Indios” y asistir al espectáculo conmovedor que proponen pinturas rupestres impresas en grandes rocas y aleros similares a las que se ven en Cueva de las Manos, en Parque Patagonia.

Como el viento es parte del paisaje, las cabañas están emplazadas en una bahía protegida por filas de álamos añosos que ofrecen un excelente reparo natural.

Los servicios de las cabañas incluyen electricidad solar, calefacción a leña e internet en el área del comedor. “El refugio cuenta con una playita protegida del viento ofrece la posibilidad de salidas en kayak, botes y lanchas, para disfrutar de la pesca, una de las actividades más convocante”, explica la administradora.

La apertura de la temporada está prevista para el 15 de diciembre. En el “Refugio Lago Pueyrredón”, los turistas tienen garantizada una estadía en contacto pleno con la prodigiosa naturaleza salvaje del entorno. Un lugar ideal para desconectarse, contemplar y disfrutar.

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