La mayoría de las empresas de huevos de la Argentina provienen de gallinas que viven en jaulas a batería: “Cada una tiene entre 5 a 10 animales juntos, y cada gallina tiene un espacio más pequeño que una hoja de papel A4 para vivir”, según explicó SinergiaAnimal.org.
En cambio, Hugo Contreras, que vive en la capital santacruceña, tiene una granja avícola con producción de huevos provenientes de gallinas libres de jaulas, criadas desde pequeñas en lugares amplios, se les respeta horas de sueño, comida es balanceada, tienen patio abierto disponible todos los días en donde hacen su vida dándose baños de tierra, recibiendo luz solar, comiendo lombrices, pueden volar, caminar y correr.
“Con todo esto ayudamos a que nuestras gallinas estén libres de estrés, y lo notamos en el producto final, un huevo de excelente y altísima calidad, de una yema colorida, con altos niveles de albúmina, brindando así un alimento altamente proteínico, con un sabor único”, explicó Hugo acerca de sus “gallinas felices”.
En cambio, la producción tradicional cría gallinas de forma masiva, desde que nacen están hacinadas en jaulas, son mutiladas en sus picos para evitar daños al estar tan juntas, como también les cortan las alas para aprovechar más el espacio, tampoco conocen el piso y son constantemente medicadas con antibióticos. “Es totalmente cruel y antinatural”, señaló Hugo.
Granja Avícola La Guardiana, nombre de este emprendimiento, busca “llegar a cada uno de nuestros hogares, ya que en nuestra Provincia estamos produciendo productos de altísima calidad y frescura. Estamos entregando huevos recolectados en el día”, además del compromiso inicial: el bienestar animal y gallinas libres de crueldad.
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