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CHOIQUES EN AUMENTO

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CHOIQUES EN AUMENTO

Avanza el trabajo para la recuperación de la población de choiques en la Patagonia

 

A partir de un innovador trabajo de investigación que aplica la última tecnología en la zona noroeste de Santa Cruz, empiezan a conocerse más detalles que ayudan a entender su patrón de distribución en los territorios y la relación con el resto de las especies con las que cohabitan.

 

 

Los animales que habitan la estepa patagónica cumplen un rol fundamental para mantener el buen estado del ecosistema. Los choiques son habitantes nativos de esta región. De cuello y patas largas, ojos grandes, emplumados y a los trotes, son una especie de ñandúes de contextura más pequeña.

 

Hace ya más de un año, los radio collares con GPS que portan algunos ejemplares en el Parque Patagonia se activan una vez a la semana para entregar sus puntos de localización. Es la primera vez que se utiliza esta tecnología con la especie y los datos que aporta ayudarán a tomar medidas que promuevan su conservación. 

 

“En un momento llegamos a tener trece individuos marcados con collares programados para que tomen sus puntos de ubicación, cada dos horas. Actualmente, alrededor de cinco collares ya se cayeron y dejaron de funcionar, porque cumplieron su año”, explica Emanuel Galetto, coordinador del equipo de rewilding.

 

Los collares están programados para que funcionen durante aproximadamente un año y luego se apagan y se “sueltan”. El objetivo es seguir capturando y llegar a tener registros de unos veinte individuos que hayan portado collares durante la duración total del proyecto.

 

 

Todos los ejemplares monitoreados fueron capturados en el Portal Cañadón Pinturas, sobre todo en la zona de mallines. “Hasta ahora, lo que vimos, es que en las diferentes épocas del año, dispersan, no se mantienen todos juntos, sino que, por más de que el mismo día hayamos capturado tres individuos de un mismo grupo y fueran equipados con collar, a los meses se separan y forman otros grupos”, resalta Galetto.

 

El Choique, la más pequeña de las dos subespecies de ñandúes, alcanza 1,10 metros de altura y 20 kg. Se mueven en grupos de entre 5 y 30 aves, excepto en época de celo, donde se agrupan en un número significativamente mayor. Los machos son polígamos y son los que se encargan de empollar los huevos proveídos por varias hembras.

 

“Con relación al uso del espacio, de los datos obtenidos hemos visto que se concentran en la meseta Sumich, que es más chica comparada con la del Lago Buenos Aires. El individuo que tuvo menor tamaño de área de acción fue de 2300 has. y el de mayor, fue de casi 5000”, afirma Emanuel.

 

El choique adulto suele ser presa de los pumas. “Eso lo notamos más, analizando las dietas de los pumas, revisando los clusters de los que están collarizados”, destaca el coordinador. “No producen un impacto grande sobre la población de choiques, al menos en lo que venimos viendo hasta ahora”. 

 

El seguimiento revela un dato alentador: de los 13 individuos monitoreados (algunos de ellos un año y otros, varios meses), ninguno fue depredado ni por pumas ni por zorros. “Tenemos una alta tasa de supervivencia”, explica y detalla que “el análisis de dieta de 21 pumas desde abril 2020 hasta julio 2022 dio como resultado un 72% de guanacos, 13 % de choiques y el resto del porcentaje corresponde a otras presas”.

 

“En lo que corresponde al Portal Cañadón Pinturas, específicamente alrededor de la meseta, no vimos una diferencia notable de hábitat entre primavera, verano e invierno. Por ahí, más en la época reproductiva -que es el verano- tenemos grupos más grandes que se amontonan cerca de mallines. De hecho, todos los movimientos están asociados a mallines, donde la vegetación es mejor”. 

 

El relevamiento muestra que hay una aumento sostenido de la natalidad de charos, la cría de los choiques. “Hemos visto un padre con casi 30 o 35 ‘charitos’ de diferentes camadas”, ya que tienen la costumbre de amontonarlos de otros machos y para aumentar la supervivencia. “Los charitos son un poco más perseguidos por las especies de zorro gris y colorado”, cuenta el investigador. 

 

La población de choiques en el Parque Patagonia y en las zonas aledañas aumenta de forma sostenida. Los datos se obtuvieron a partir de un censo que comenzó en 2022, y que busca determinar la dinámica ambiental de la población de choiques dentro de las tierras que pertenecen a la Fundación Rewilding Argentina.

 

“El censo se realiza a través de transectas (áreas de muestreo) fijas. Así uno puede tener una densidad relativa de población de choiques dentro del área que trabajamos”.

 

Todo este intenso trabajo permitirá conocer los requerimientos de la especie, y aportar información para un proyecto de recuperación del choique en áreas donde ha desaparecido tanto dentro de nuestro territorio como de Chile.

 

“Cuando consideremos que tenemos información suficiente como para poder implementar un proyecto de translocación y recuperar poblaciones en estos lugares donde ha desaparecido, intentaremos hacerlo”.

 

Este equipo de mujeres y hombres tenaces vienen logrando lo que hasta hace poco parecía difícil, con un paisaje cautivante como telón de fondo. 

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