La historia de los refranes: “Lo que abunda no daña”
Un refrán al que dan ganas de contradecirlo un poco, con las armas del diccionario. Porque abundancia, del latino abundare, es desbordarse un líquido. De ab, separación, y unda, onda u ola, inundación, redundancia, reiteración innecesaria… ¿Eso no daña?
¡Ojo! Aquí debemos interpretar que lo que no causa daño es la abundancia de cosas ú-ti-les… ¡Y sí! Útiles, más que abundantes. La etimología no me deja mentir: abundancia es desborde, redundancia, reiteración innecesaria…
La frase es usada a ciegas pero su contenido es muy discutible; propone que mientras más abunde algo, mucho mejor, ¿pero qué hacer si sigue lloviendo cuando ya estamos inundados?… ¿Ah vieron? ¿Daña o no daña esta sobreabundancia de agua?…
La expresión llegó desde España un tanto mutilada a nuestro lenguaje popular, porque en sus orígenes se completaba así: “Lo que abunda no daña… cuando no es mal ni cizaña”… Como se puede ver, al reducir su formulación se desvirtuó su concepto. Pero la expresión original alude a preferir el exceso de cosas buenas sobre la carencia de ellas. “Mejor que sobre y no que falte”sintetizan otros, con idéntico valor…
O sea: la abundancia de recursos no es perjudicial en ningún caso, tener recursos en demasía no daña… Siempre y cuando no consideremos “daños” a… ¡los ladrones interesados en nuestros recursos!… Aunque, en realidad, lo que provoca muchos conflictos no es la abundancia, es la escasez…
En uno de mis pueblos de infancia le sacaban el cuero a una familia ricachona y antipática, siempre con la misma frase: “¡Estos ni saben la plata que tienen, nadan en la abundancia!”… Pero yo siempre los veía en auto, en bicicleta, o caminando, nadando nunca…
¡A ver, que se vengan Los Caligaris con su Abundancia!…
FUENTE: TELAM
