La reciente sesión del Consejo Provincial de Educación (CPE) de Santa Cruz encendió alarmas dentro de la comunidad educativa debido a la falta de transparencia y coherencia en las decisiones del estado provincial.
En el centro de las críticas se encuentra la abrupta cancelación del programa “Escuelas y Redes”, dejando en el aire no solo interrogantes sobre su gestión, sino también sobre el futuro de la educación en la provincia.
Este programa, que representaba una inversión significativa de 280 millones de pesos mensuales y casi 10 mil horas cátedra, tenía entre sus componentes cruciales la implementación de la Educación Sexual Integral, un aspecto vital para el desarrollo integral de los estudiantes y establecido por ley nacional.
Sin embargo, su finalización ha sido anunciada (como una oda a la transparencia y la gestión) sin ofrecer una alternativa clara ni detallar cómo se abordarán estos temas sensibles en adelante.
Resulta irónico observar cómo el gobierno de Santa Cruz, que públicamente se manifestó en contra de ciertas políticas del gobierno de Milei, parece imitar su estrategia al justificar la eliminación de programas mediante la etiqueta de “onerosos e inútiles”, sin presentar planes concretos para mejorar “los aspectos” que critica.
La falta de coherencia entre el discurso y la acción gubernamental, y los constantes idas y vueltas en materia educativa, reflejan una alarmante carencia de planificación y visión estratégica. Además, la ausencia de una propuesta sólida para reemplazar programas como “Escuelas y Redes” pone en riesgo el derecho de los estudiantes a recibir una educación de calidad y completa.
Es que los proyectos propuestos por el Consejo Provincial de Educación (CPE) como reemplazo al programa “Escuela y Redes” carecen de claridad y especificidad en cuanto a su implementación y alcance. A diferencia del programa anterior, que tenía como objetivo generar espacios orientados al desarrollo pedagógico, artístico y recreativo en colaboración con organizaciones civiles y gubernamentales, los nuevos programas presentan una falta de detalle sobre cómo se llevarán a cabo y qué impacto tendrán en la comunidad educativa y la sociedad en general.
Esta falta de transparencia y especificidad genera incertidumbre entre docentes, estudiantes y padres, quienes ven con preocupación la eliminación de un programa que estaba destinado a promover la inclusión social y el desarrollo humano a través de actividades educativas y culturales.
Sin embargo, la falta de información sobre cómo serán sustituidos estos espacios y qué programas concretos los reemplazarán deja un vacío en cuanto a las acciones futuras del CPE para promover la inclusión y el desarrollo social a través de la educación.
Es esencial que las autoridades del CPE proporcionen información transparente y detallada sobre quiénes serán responsables de llevar adelante las nuevas políticas educativas, cómo se financiarán y cuáles serán sus objetivos específicos.
La falta de transparencia y coherencia en las políticas educativas de Santa Cruz constituye un grave desacierto que pone en peligro el futuro de la educación en la provincia.
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