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LA SIESTA IDEAL

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LA SIESTA IDEAL

La duración ideal de la siesta y cómo despertarse sin alarmas

 

Este hábito, adoptado por diversas sociedades desde hace siglos, aporta beneficios significativos, incluyendo su implementación en espacios laborales y educativos para mejorar el desempeño y la calidad de vida

Se sabe que los españoles disfrutan de tomar una siesta diaria; que en los pueblos del interior argentino se hace una pausa durante el día para hacer un breve descanso; y que en las empresas de origen japonés se destina tiempo al hirune (en español, siesta). Estos son solo algunos de los ejemplos de cómo diversas sociedades alrededor del mundo adoptaron –a su manera– un hábito que prevalece desde hace siglos por los beneficios que aporta.

Son incluso también diversas empresas tecnológicas de renombre y prestigiosas instituciones académicas las que tomaron nota de cómo en las últimas décadas los profesionales de la ciencia y la medicina promueven la inclusión de las siestas en los espacios de trabajo y educativos para el mejor desempeño y calidad de vida de los asistentes. Así, se fueron inaugurando en sus edificios sitios especialmente diseñados para que sea posible tomarse un descanso en el medio de la jornada.

Pablo Ferrero, director del Instituto Ferrero de Neurología y Sueño, también conocido como ‘doctor Sueño’, asegura que la siesta es una necesidad biológica.

Históricamente, explica, surge como consecuencia de la incompatibilidad de realizar las actividades diarias en sitios que registraran altas temperaturas. “Si se quería salir a cazar un animal, cultivar o cosechar, esto era casi imposible con el sol del mediodía”, señala. Frente a eso, relata que las personas cesaban sus actividades y se ponían intuitivamente debajo de la sombra no solo para enfriar su cuerpo sino también para regular el sistema cardiológico y retomar sus actividades al rato.

Pablo Ferrero, director del Instituto Ferrero de Neurología y Sueño, también conocido como ‘doctor Sueño’, asegura que la siesta es una necesidad biológica

 

 

Según manifiesta Arturo Garay, jefe de la Unidad de Medicina del Sueño del Cemic, la power nap –en español, siesta corta– es un término que viene de estudios que indican que una siesta breve de no más de 30 minutos genera un efecto restaurador en el cerebro y de mejoría de la alerta.

En poblaciones privadas crónicamente de sueño como las actuales, Garay señala que tener un microdescanso diurno tiene varios beneficios, entre los más destacados detalla:

 

¿Qué tener en cuenta al momento de dormir la siesta?

 

“Idealmente, el ambiente de la siesta no debería ser el mismo que el de la noche porque si no, propiciaría una siesta demasiado larga. La recomendación es cerrar un poco las cortinas, pero no necesariamente quedarse a oscuras y que sea en un ambiente calmo, pero no silencioso”, añade Sol Segura Matos, neuróloga infantil y experta en medicina del sueño.

En cuanto a las recomendaciones que brindan los profesionales contactados por LA NACION para conciliar el sueño rápidamente, uno de los consejos es el de usar ruido blanco que es una técnica de enmascaramiento de sonido para bloquear/reducir ruidos no deseados.

Segura Matos explica que, en caso de tener la tentación de prolongar la siesta, es útil poner una alarma que vaya acompañada por un poco de estimulación sonora del ambiente.

“Para quienes tienen ansiedad anticipatoria y no logran dormirse rápido, puede ser beneficioso tener una minirutina que puede ser, por ejemplo, lavarse la cara, cepillarse los dientes, cerrar las cortinas y/o poner una lista de ruido blanco o de meditación y ver si eso ayuda en la conciliación del sueño”, sugiere.

En caso de tener la tentación de prolongar la siesta, es útil poner una alarma que vaya acompañada por un poco de estimulación sonora del ambiente

Evitar comidas que sean excesivamente calóricas en las horas previas a la siesta y también el consumo de cafeína son otras de las recomendaciones que brindan los expertos.

El Dr. Ferrero cita el ejemplo de pacientes que emplean técnicas para no usar una alarma ni caer en las etapas de sueño profundo. “Algunos se acuestan con una llave u objeto en la mano para que cuando los músculos se empiecen a relajar y entren en la etapa de sueño profundo, se caiga lo que sostienen al piso y ese ruido los despierte”, relata.

Garay aborda un tema esencial: generalmente quienes duermen mal por la noche encuentran en las siestas prolongadas un alivio a sus síntomas de insomnio o de ansiedad nocturna. “Lo que no saben es que a largo plazo esto dificulta la consolidación del sueño nocturno, motivo por el cual la recomendación es consultar la problemática con un especialista en medicina del sueño”, dice.

Por último, añade que en aquellos casos se recomienda tomar medidas de higiene del sueño como las técnicas de relajación, respiración, actividades como yoga o tai-chi y terapia cognitiva-conductual.

 

 

FUENTE LA NACION