En medio de una creciente crisis política en la provincia, el gobernador Claudio Vidal ha exigido la renuncia de varios funcionarios de alto perfil tras el escándalo desatado por el hallazgo de un arsenal de armas en la casa del Ministro de Trabajo, Julio Gutiérrez, y de la presidenta del Consejo Provincial de Educación (CPE). Este incidente ha expuesto tensiones internas que derivaron en una purga significativa dentro del gabinete, evidenciando fracturas y conflictos de poder.
El panorama político provincial se encontraba ya convulsionado por disputas internas en el oficialismo, las cuales ahora se tornan insostenibles tras el último escándalo. El Gobernador Vidal tomó la decisión de pedir la renuncia de Ariel Varela, quien hasta el momento estaba al frente del Ministerio de Salud y Ambiente, como medida para reordenar su gabinete y tratar de contener el impacto del incidente en la imagen del gobierno.
El Ministro de Gobierno, Pedro Luxen, quien venía sosteniendo una pugna interna por el control de áreas clave, ha emergido como uno de los ganadores de este proceso de crisis, consolidando su influencia dentro del gabinete y proyectándose como una figura clave en la reconfiguración del gobierno provincial.
Además de la salida de Varela, se oficializó la renuncia de otros altos funcionarios, lo que marca una reestructuración importante dentro del gobierno. Entre los cesantes se encuentran:
Julio Gutiérrez, Ministro de Trabajo, involucrado directamente en el escándalo del arsenal. Su salida era inevitable tras la presión mediática y la pérdida de apoyo interno.
Carlos Marcel, Secretario de Comunicación, quien ha sido criticado por su manejo de la crisis mediática. La falta de respuestas claras y efectivas agravó la situación del gobierno, llevando a Vidal a solicitar su renuncia.
Marcial Cané, titular de la Caja de Previsión Social, también fue apartado de su cargo, en medio de denuncias de ineficiencia.
Mario Markic, Secretario de Turismo, quien no logró poner en marcha políticas que contribuyeran a mejorar la imagen turística de la provincia, especialmente en tiempos de crisis económica.
Miguel Arroyo, responsable de la Gerencia de Servicios Públicos Sociedad del Estado (SPSE), quien tampoco pudo evitar las críticas por la mala prestación de los servicios básicos, situación que generó un fuerte malestar social.
La decisión de Vidal parece ser un intento por mostrar determinación frente a la crisis y desmarcarse de las malas gestiones que empañaron su administración. Sin embargo, el impacto del escándalo del arsenal y las renuncias forzadas dejan al descubierto las serias falencias y disputas internas que atraviesa su gobierno.
Pedro Luxen, quien ha logrado imponerse sobre otros sectores, buscará aprovechar esta situación para ganar protagonismo, aunque aún queda por verse si el reordenamiento del gabinete será suficiente para calmar las aguas y evitar mayores cuestionamientos a la gestión provincial.
La ciudadanía espera, no solo cambios de nombres, sino también un cambio en la forma de gestionar las políticas públicas, que permita salir de esta crisis que ya ha dejado serias secuelas en la confianza en la administración de Vidal. Mientras tanto, el panorama se mantiene incierto y con expectativas de más turbulencia en los próximos meses.
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