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EL AUGE DEL ECOTURISMO

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EL AUGE DEL ECOTURISMO

Los destinos de naturaleza más buscados para estas vacaciones y el indiscutido “número 1″

 

Son destinos con gran biodiversidad y experiencias que se centran en el contacto con la naturaleza y las culturas tradicionales; busca el cuidado del medioambiente e implica un alojamiento particular

 

 

Playas o montañas, naturaleza o urbanismo, extranjero o local. Las opciones para las vacaciones son variadas y dependen enteramente del tipo de viajero. Más allá del caudal de turistas que se espera esta temporada en los lugares más típicos del verano, Brasil, el CaribeUruguay o la Costa Atlántica, otro sector, completamente opuesto, pisa fuerte también, aunque es cierto que todavía no le hace gran competencia a la arena y el mar: el turismo de naturaleza y el ecoturismo.

La Organización Mundial del Turismo (OMT) —hoy ONU Turismo—esperaba que el primero generara, el año pasado, más de US$340.000 millones. Se trata de prácticas relacionadas con la sostenibilidad y opuestas, de alguna manera, a la masificación turística, más evidente en destinos clave como los nombrados previamente, Estados Unidos y países de Europa. El ecoturismo busca entornos naturales, el acercamiento a la flora y fauna del país, así como de las culturas tradicionales. Por ejemplo, cerca de las Cataratas del Iguazú, en Misiones, se encuentran reservas aborígenes guaraníes, en donde el visitante puede vivenciar las costumbres de estas sociedades ligadas a la naturaleza.

 

 

Daniel Puddu, gerente general de Nilo Viajes, contó: “Hay un nicho de viajeros de este tipo de turismo que no deja de ser importante, incluso con muchos turistas extranjeros. En general, son los que se arman sus propias vacaciones y se alojan en campings, casas de familia, etc.”. El destino “número uno” es El Chaltén, en Santa Cruz. Para llegar hasta ahí hay que tomar un vuelo a El Calafate y, después, moverse en bus o combi por dos horas.

Para Tomás Novick, fundador de TravelConnect, el ecoturismo en particular es un concepto que está en auge y cada vez más viajeros lo descubren. “Pospandemia hubo una revalorización de la naturaleza, que era vista como un espacio seguro, en términos de salud, cuando siempre fue visto como lo contrario, por su falta de infraestructura o de servicios. Hoy, la sensación de estar en un lugar más aislado, más solitario, genera paz, bienestar”, explicó.

La zona de El Chaltén fue nombrada capital argentina del trekking en 2015. Está ubicado al norte del Parque Nacional Los Glaciares, un espacio protegido que también fue declarado patrimonio mundial por la Unesco en 1981. Sus principales características son los paisajes montañosos, la presencia de lagos y de bosques.

 

 

“Los principales destinos en donde tenemos las mejores conexiones impactan directamente sobre una ciudad. Por ejemplo, el aeropuerto de Bariloche toma todo el movimiento hacia el sur, como a Villa La Angostura. El siguiente aeropuerto cercano es Esquel, con lo cual El Bolsón se nutre de ambos. Es importante, porque cerca de las grandes ciudades hay destinos que buscan los turistas llamados por el ecoturismo”, detalló Novick.

Por su parte, Matías Mute, cofundador de Promos Aéreas, también se refirió a Bariloche como el lugar representativo del ecoturismo, y agregó la opción de Iguazú. Aunque ninguno de estos suelen ser sitios preferidos en el verano, ya que siempre gana la playa. Por esto mismo, y teniendo en cuenta que “la gente elige los destinos más por el precio y, con base en eso, busca opciones de actividades”, tener en el radar estas otras zonas puede ser un beneficio: como “no lideran el top de los más convocados en esta época”, es fácil encontrar buenas ofertas.

Pese a que en ecoturismo hay una predilección por la zona montañosa, los atractivos naturales de Misiones están casi a la par. Saltos del Moconá, por ejemplo, “es un destino muy buscado porque tiene una biosfera que lo hace único”, contó Novick. Son cataratas de entre cinco y 10 metros de altura, y se encuentran en el parque provincial homónimo, una zona que fue declarada monumento natural nacional en 1993. “Tiene saltos transversales y muy poca infraestructura. El concepto de ecoturismo está asociado a destinos con una capacidad de carga no masiva, con infraestructura acotada y básica”, agregó.

Quienes busquen otras opciones pueden considerar los Esteros del Iberá, un sistema de humedales en Corrientes, un “reservorio de agua y naturaleza viva, único en el mundo”, remarcó, y las Salinas Grandes, en Salta y Jujuy.

Alojamientos

Viajar a estos lugares implica, también, elegir alojamientos diferentes: predominan los lodge —que se ubican lejos de las grandes ciudades y están rodeados de naturaleza—, el campamento, las hosterías y el glamping, un estilo que se está viendo cada vez más, sobre todo en el sur, dentro de parques nacionales, y que se caracteriza por combinar el camping con el hotel. Suelen ser domos con vistas panorámicas del entorno, y una estructura de hierro y lona de alta resistencia.

Para Novick, este es un punto importante: “Tiene que ver con hacer una travesía, un itinerario más a medida, más conectado con la naturaleza. Hoy, el mundo del glamping y el ecoturismo están mucho más cercanos que el ecoturismo y un hotel de gran envergadura, básicamente por la invasión que genera la infraestructura sobre la propia naturaleza”.

Es que, como planteó Mute, son destinos con gran biodiversidad, por lo tanto muy enlazados a la fauna y flora, rodeados de paisajes excepcionales. “También con un fuerte compromiso con la naturaleza, la sostenibilidad y la conservación ambiental, con fácil acceso a las actividades al aire libre. Además, tiene fuertes políticas de concientización del cuidado del medioambiente para quienes los visitan y los residentes”, añadió.

Son espacios ideales para quienes busquen vacaciones activas, con ganas de pasear en bote, hacer senderismo, ciclismo, turismo aventura y trekking. Puddu enumeró otras opciones: mountain bike, rafting, cabalgatas por la montaña y astroturismo.

“La conciencia turística se va apoderando del cuidado, pero no es algo masivo, no es representativo en términos de porcentajes. Porque no se trata de poner más hoteles o más infraestructura para que vaya más gente, es exactamente lo contrario, para un cuidado responsable. Todos nuestros destinos turísticos están absolutamente saturados en su capacidad máxima de carga. Esto se puede ver en las pasarelas de las Cataratas, de la Garganta del Diablo, en las pasarelas del Perito Moreno”, detalló Novick respecto de la tendencia.

Los especialistas ponen énfasis en que, como todo, las experiencias de actividades masivas o de la costa en oposición al de “un camino perdido del Chaltén”, son muy marcadas e incomparables. Enero suele ser, definitivamente, el momento del mar Atlántico en los viajes locales. Pero esto es meramente estacional: “La costa tiene una mayor concurrencia histórica en lo que respecta a las temporadas del verano. Pero en el resto del año, creemos que los destinos con más conexión a la naturaleza y al aire libre predominan mucho más”, concluyó Mute.