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Luciano
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SHHH; SILENCIO, SE REPRIME!!!

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SHHH; SILENCIO, SE REPRIME!!!

 

Por nuestro enviado especial al mundo del revés

Mientras el desempleo crece, los sueldos desaparecen como el hielo en el Sahara y la educación pública se desmorona como edificio en zona sísmica, el Poder Legislativo de Santa Cruz al fin encontró su enemigo principal: el bombo.

Sí, el peligroso artefacto percutivo, símbolo del malestar popular y del sindicalismo ruidoso, será el nuevo objetivo de la política educativa. Porque, según el flamante proyecto de ley del bloque oficialista, no hay mayor amenaza para el aprendizaje que el retumbar de una marcha a 200 metros de distancia.

Educación en estado de sitio (pero con uniforme escolar)

La ley se titula, con tono de folleto de ONG internacional, “Ley de Protección del Entorno Escolar y del Derecho a la Educación sin Interferencias”. Porque claramente, cuando hablamos de interferencias, no nos referimos a las aulas sin calefacción, los docentes con sueldos congelados o las escuelas sin agua. No, señor. Acá el problema son los megáfonos, los bombos y —horror— las plataformas digitales “oficiales de las instituciones educativas”.

¡Ay de aquel que ose tuitear desde la cuenta del centro de estudiantes!

Artículo 1°: Prohibido protestar, salvo que sea en silencio y sin molestar al opresor

El artículo primero es clarísimo: si usted piensa manifestarse cerca de una escuela, hágalo en completo silencio. Idealmente, piense su reclamo desde su casa. O mejor, desde otro distrito. Nada de altoparlantes, bombos, cánticos o carteles que puedan perturbar la armonía del aula… aunque esa aula esté vacía porque no hay clases por falta de presupuesto.

Artículo 2°: ¿Qué es el entorno escolar? TODO.

Según esta ley, el “entorno escolar” abarca desde el aula hasta la ruta por donde pasa el colectivo escolar. También incluye plataformas digitales, por si se te ocurre organizar un reclamo desde Instagram. Cualquier parecido con un estado policial digital, es pura coincidencia.

Artículo 3°: Los muchachos de seguridad al rescate

La autoridad de aplicación será el Poder Ejecutivo, que podrá pedir ayuda a las “fuerzas de seguridad” para garantizar el orden escolar. Porque claramente, cuando un grupo de docentes reclama por sus sueldos, lo que se necesita es más policía.

Artículo 4°: Castigo ejemplar por querer vivir mejor

Y si a usted se le ocurre desobedecer esta oda al silencio, prepárese para las sanciones. Desde apercibimientos a directivos por no evitar los ruidos, hasta clausura de instituciones reincidentes. Nada mejor para cuidar el derecho a la educación que cerrar escuelas, ¿no?

 

Educación sin interferencias, ciudadanía sin derechos

La ley, firmada por los muy democráticos diputados Fabiola Loreiro, Santiago Aberastain, José Luis Quiroga y Cristian Ojeda, parece tener una premisa clara: que el único derecho a defender es el del silencio. Porque la protesta, según esta lógica, no es una forma de participación ciudadana sino un delito auditivo.

Mientras tanto, las aulas se llenan de frío, los docentes de bronca y los estudiantes de preguntas que nadie quiere responder.

Pero tranquilos, que ya no se escuchan bombos.
Y cuando todo esté en ruinas, al menos será en silencio.