
Impacto del cannabis medicinal en el tratamiento del dolor crónico: un estudio patagónico fue publicado en una revista científica
El ensayo clínico abarcó 88 pacientes, de 35 a 88 años, y se extendió a lo largo de seis meses.

El investigador Gregorio Bigatti coordinó el estudio
Los resultados de un ensayo clínico de fitopreparados de cannabis en el tratamiento del dolor crónico en pacientes de Chubut fueron publicados por la prestigiosa revista científica estadounidense Journal of Pain & Palliative Care Pharmacotherapy.
El estudio se llevó a cabo entre el Centro Científico Tecnológico (CCT) del Conicet Cenpat y el Hospital Zonal Andrés Ísola, de Puerto Madryn, en 2023. Para llevarlo adelante, se realizaron extractos de flores de variedades de cannabis y se realizaron los controles de calidad de los aceites en el Servicio Centralizado de Química del Centro Científico Tecnológicos Patagonia Norte.
«A través de una encuesta, detectamos que la mayor proporción de la población en Madryn usa cannabis para el dolor, ansiedad e insomnio. Decidimos hacer ensayos clínicos en esos casos con la idea final de que las farmacias magistrales o el hospital público dispense esos preparados con las dosis correctas de los distintos cannabinoides», puntualizó Gregorio Bigatti, investigador principal de Conicet y director del programa interdisciplinario de Cannabis.
El ensayo clínico abarcó 88 pacientes -de 35 a 88 años; la mayoría, mujeres- y se extendió a lo largo de seis meses. La población estudiada abarcó pacientes con dolor crónico seleccionados por los mismos médicos que participaron del ensayo.
Los investigadores tuvieron en cuenta variables como el dolor, humor, apetito, cansancio, ansiedad, depresión y dificultad para dormir. El resultado fue más que alentador ya que se comprobó una disminución significativa del dolor «y de los otros parámetros de calidad de vida, como ansiedad, depresión, humor, entre la primera consulta y los seis meses«. La variable apetito, en cambio, no mostró diferencias.
Los resultados
De los 88 participantes, el 65% redujo en más del 50% el dolor; el 48%, disminuyó la ansiedad y el 61%, el insomnio. Además, el 26% de los pacientes redujo o discontinuó el uso de otros analgésicos y antiinflamatorios durante el ensayo.
«Se usaron los preparados que la mayoría de la gente utiliza en forma casera con flores de cannabis; no son los que venden en la farmacia que usan aislados de algunas moléculas que sirven más para patologías neurológicas. Queríamos probar la eficacia de los preparados de espectro completo que la gente usa mayoritariamente y que, en general, no tienen un control de calidad, de seguridad», indicó este doctor en Ciencias Biológicas.
Planteó que la intención fue demostrar que «el THC, la molécula prohibida, entre comillas, sirve para el dolor. Tener la evidencia científica que sirvió también para la sanción de la ley de Cannabis Medicinal de Chubut» sancionada en octubre de 2024.
En relación a los preparados caseros, Bigatti explicó que se usa la flor del cannabis, para extraer los cannabinoides que se diluyen luego en aceite, «pero la gente en general no mide lo que toma«. «En cannabis hay distintas moléculas, pero no todas sirven para lo mismo. Hay distintos preparados, para lo cual se requiere acompañamiento médico en ese tipo de terapias», señaló.
El objetivo de los investigadores fue determinar un preparado que se pueda repetir a lo largo del tiempo y que el personal médico pueda recetar. «Queremos darle al personal de salud herramientas para que receten siempre de la misma forma y que Salud Pública pueda usar esto con una base científica», detalló.
Respecto a las dosis utilizadas, se estimó un rango recomendado de 6 miligramos por día para THC y 2,5 miligramos diarios para CBD. De todas maneras, se encontró una gran variabilidad entre individuos respecto de las dosis efectivas, lo que muestra la necesidad de una titulación individual de la dosis. Como efectos adversos, se registraron náuseas, cefalea, somnolencia, palpitaciones, dificultad para dormir y aumento del apetito, pero todos dependientes de la dosis, leves y transitorios.
Dosis más bajas sin afectar otros órganos
Durante los seis meses del ensayo, el cannabis fue «coayudante» de otros remedios. «No es que se dejó de tomar otros medicamentos sino que se sumó el aceite de cannabis. En todo los casos, bajó el dolor y el 26% de los pacientes dejó de tomar drogas fuertes y hoy día, solo usa cannabis para dolor. Los preparados con cannabis tienen dosis más bajas, no tienen una dosis letal y en lo que respecta a los adultos mayores que vienen usando muchos remedios, no les afecta otros órganos», puntualizó Bigatti.
El objetivo del estudio busca fomentar que los aceites de cannabis tengan un control de calidad de salud pública. «El Estado debe controlar estos procesos, estar presente y el Conicet pudo hacer esto con fondos que teníamos para ciencia hasta 2023», dijo.
El próximo paso será un estudio basado en la discontinuación de benzodiacepinas (clonazepam) que se suele emplear para la ansiedad y otras patologías. Bigatti advirtió que este tipo de medicamentos es indicado solo por algunas semanas, aunque la gente lo usa de manera crónica. «Son drogas que generan dependencia. Ahora estamos por comenzar un ensayo con 300 pacientes -a algunos se les dará un placebo y a otros, cannabis- para evaluar los resultados. Se evaluará si el uso de cannabis facilita la discontinuación de benzodiacepinas.. Se irán bajando la dosis todas las semanas como se hace comúnmente en la práctica clínica«, dijo el investigador del Conicet.
En tanto, se espera para el año próximo evaluar la eficacia del uso de cannabis para combatir el insomnio. Bigatti admitió que «por la literatura, ya sabemos que funciona, pero lo que hacemos con estos ensayos es dar información más precisa que luego se publica en una revista científica internacional y de este modo, todo el mundo puede replicar este trabajo«.
FUENTE: RIO NEGRO