
Santa Cruz Puede… ¿y quién paga?: la opaca internacionalización de la empresa estatal que responde a Claudio Vidal
Por Redacción WOU Noticias
Mientras las escuelas se caen a pedazos, los hospitales siguen con guardias desbordadas y los sueldos públicos apenas sobreviven a la inflación, el gobierno de Claudio Vidal estrena una oficina en China. Lo hace a través de Santa Cruz Puede S.A.U. (SCP), una empresa estatal cuya creación y funcionamiento aún está lejos de estar del todo claro para la sociedad santacruceña, pero que parece manejar fondos como si lo estuviera.
La novedad fue presentada con bombos y platillos en la Casa de Santa Cruz en Buenos Aires: la apertura de una sede en Fuzhou, capital de la provincia de Fujian, China. Según el parte oficial, se trata de “un paso estratégico para conectar la producción santacruceña con el mercado asiático”. Pero no hubo detalles sobre cuánto cuesta esta aventura, quiénes fueron designados, ni cuáles son los convenios reales firmados.
Una empresa que nació grande
Santa Cruz Puede S.A.U. fue creada en enero de 2024 como una sociedad anónima unipersonal, con participación exclusiva del Estado provincial. En los papeles, su objetivo es “desarrollar y promover actividades productivas, logísticas, energéticas y comerciales”. En la práctica, es una caja paralela que puede contratar, viajar, firmar acuerdos internacionales y moverse con menos controles que un ministerio.
Los fondos para su funcionamiento provienen del Tesoro provincial, pero no existen informes públicos ni auditorías conocidas que detallen su ejecución presupuestaria. Tampoco se conocen balances anuales, memorias de gestión ni licitaciones abiertas. En otras palabras: maneja plata pública con opacidad privada.
De Fomicruz a Fujian
Según pudo reconstruir WOU Noticias, en los últimos meses, Santa Cruz Puede absorbió tareas y fondos que antes estaban bajo la órbita de Fomicruz y del Ministerio de Producción. Esto incluye partidas para ferias, misiones comerciales, y recientemente la representación exterior de la provincia.
Desde la oposición legislativa, se advirtió que “la empresa se convirtió en una suerte de Cancillería paralela”, y señaló que se desconoce cuántos viajes oficiales se han financiado desde su cuenta. También pidió informes sobre los convenios firmados en Fuzhou y los criterios de selección del personal enviado, pero no recibió respuestas del Ejecutivo.
Una vidriera sin producción
¿Y qué productos santacruceños se promocionan en China? En los comunicados no se menciona ninguno. No hay listado de empresas locales convocadas, ni cooperativas involucradas. Ningún productor ovino o pyme de Caleta Olivia, Pico Truncado o El Chaltén parece estar enterado de cómo puede aprovechar la “oficina en China”.
Tampoco se sabe si hay un acuerdo de cooperación tecnológica, si se busca exportar hidrocarburos, energías limpias o carne congelada. La oficina parece más un decorado diplomático que una herramienta productiva real.
¿Quién controla a Santa Cruz Puede?
La empresa no rinde cuentas ante el Tribunal de Cuentas ni tiene obligación de pasar por licitaciones públicas. Además, sus autoridades no fueron aprobadas por la Legislatura ni por decreto público. Todo se maneja por decisiones internas del Poder Ejecutivo. Un modelo que, lejos de la transparencia, remite más al manejo discrecional de una caja política.
La pregunta del millón
¿Cuánto costó abrir una oficina en China? ¿Cuántos viajes se financiaron? ¿Quién representa a la provincia en ese país? ¿Qué contratos se firmaron? ¿Cuáles son los resultados medibles? Ninguna de esas preguntas tiene hoy una respuesta pública.
Mientras los gremios reclaman por salarios atrasados y el gobierno ajusta en salud y educación, Santa Cruz Puede sigue expandiéndose hacia el Este… con plata del Oeste. Y el silencio oficial suena más fuerte que cualquier anuncio.
Creación de la Oficina de SCP en Fuzhou (Provincia de Fujian, República Popular China)