Escuchá WOU RADIO en vivo!

Top
Image Alt

EL BOOM DE LAS ALGAS

  /  Ambiente   /  EL BOOM DE LAS ALGAS

EL BOOM DE LAS ALGAS

El boom global de las algas: un mercado que crece

 

Con un intercambio que crece día a día y que se proyecta a superar los USD 17 mil millones en el mundo, Puerto San Julián tiene un proyecto de producción de algas. “Santa Cruz puede ser pionera en acuicultura regenerativa y especializarse para liderar el mercado regional”, aseguran.

 

 

Hasta no hace mucho, las algas eran más conocidas por su lugar en la gastronomía que por su potencial productivo. Hoy son el centro de una revolución que cruza fronteras. En todo el mundo, el mercado global de algas alcanzó los USD 8.850 millones en 2024 y se proyecta que se duplique para 2032 superando los USD 17.000 millones. El 98% de esa producción de algas es a través de granjas marinas. Si bien China, Indonesia y Filipinas lideran el mundo en volumen de producción, no hace falta salir de la provincia para encontrarse el 1er proyecto piloto de producción de algas. Lejos de los grandes centros urbanos, más precisamente en la costa de Puerto San Julián, la Fundación Por el Mar impulsa la primera granja de algas gigantes de Argentina. “Estamos en una etapa clave que es el crecimiento de primavera. Las primeras líneas fueron sembradas en mayo y ahora está comenzando el verdadero desarrollo en el mar. En cada etapa del proceso vamos aprendiendo con el objetivo de desarrollar un ciclo anual de siembra, desarrollo, cosecha y agregado de valor”, explica Mariano Bertinat, coordinador de Por el Mar. Para este desarrollo, la fundación entró en contacto con GreenWave, una organización sin fines de lucro de Estados Unidos que desarrolla una red global de agricultores oceánicos y que acuñó el término “siembra regenerativa”, beneficiando al alguero y al productor local. 

 

 

En una visita reciente a la granja de algas, la ministra Nadia Ricci subrayó la importancia de estas experiencias para diversificar la matriz productiva, generar empleo genuino y sumar innovación desde el propio territorio. “Trabajamos con la Fundación, porque lo que están planteando no es un esquema prohibitivo, sino productivo (…) y nosotros como provincia vamos a poder utilizar ese trabajo científico para potenciar a posibles emprendedores”, expresó. 

En varios puntos de las costas de Santa Cruz se pueden ver las macroalgas (Macrocystis pyrifera) que forman verdaderos bosques submarinos. Puede crecer hasta 50 centímetros por día, captura dióxido de carbono, mejora la calidad del agua y sirve de refugio a distintas especies marinas. Santa Cruz tiene uno de los últimos bosques vírgenes de todo el planeta, es por esto que protegerlos es una prioridad no solo para los conservacionistas sino también para toda la industria pesquera en general. 

 

 

¿Pero qué se hace con las algas? 

 

Muchísimo. De hecho, pueden transformarse en bioestimulantes agrícolas, en alimentos, cosméticos, suplementos nutricionales, envases biodegradables, tejidos y hasta materiales para la construcción. La cadena de valor del kelp se estructura en tres segmentos principales: producción y cosecha, procesamiento primario y transformación en productos finales. “El objetivo de este proyecto piloto es lograr un producto santacruceño con valor agregado que permita generar trabajo y oportunidades de negocio para empresas de la provincia a partir de una actividad que es productiva y al mismo tiempo ayuda a proteger los ecosistemas marinos”, detalla Bertinat. 

 

 

Su versatilidad y rápido crecimiento convirtieron al kelp en un recurso fundamental dentro de la bioeconomía marina. Hoy, sus productos derivados mueven un mercado global que alcanzó los 8.850 millones de dólares en 2024, y se proyecta que ese valor se duplique para 2032, superando los 17.000 millones. Este crecimiento está impulsado por una tasa anual compuesta (CAGR) cercana al 9%, en línea con la expansión general del mercado de macroalgas comerciales. En Europa, donde el cultivo industrial de algas aún está en fase temprana, se estima que el mercado podría alcanzar 9 000 millones de euros en 2030. Esa apuesta institucional demuestra que, pese a su juventud, la bioeconomía de algas avanza con fuerza en múltiples frentes.

 

 

En este escenario, además de un insumo industrial de alto valor, las macroalgas se perfilan como una opción tangible para producir de forma sostenible y enfrentar desafíos globales como la seguridad alimentaria, la contaminación plástica y el cambio climático. Además de su potencial productivo, el sector de cultivo de algas tiene un fuerte impacto social. En varios países, la producción costera es vital para pequeñas comunidades rurales, y muchas iniciativas están lideradas por mujeres. “Tenemos una provincia rica en recursos naturales, pero muchos de estos tarde o temprano se van a terminar, como el petróleo, el gas y la minería. Queremos desarrollar nuevas alternativas productivas a partir de la naturaleza que sean renovables, es decir que se puedan aprovechar durante muchos años garantizando las oportunidades laborales mediante la innovación y el desarrollo de capacidades locales. Santa Cruz puede ser pionera en acuicultura regenerativa y especializarse para ser liderar el mercado regional”. 

El impulso global del kelp encuentra en Santa Cruz una oportunidad concreta para liderar el desarrollo de una economía azul con identidad propia. El proyecto en Puerto San Julián no solo abre una puerta a nuevas formas de producción sustentable, sino que también plantea la urgencia de proteger estos ecosistemas únicos por ley. Apostar por las algas es apostar por un futuro más limpio, más justo y más resiliente, donde la ciencia, la comunidad y el ambiente puedan crecer juntos bajo el mar.

 

 

 

FUENTE: Agencia Ambiente