El cierre del aeropuerto Piloto Civil Norberto Fernández —sin explicaciones claras ni refuerzos logísticos— dispara costos, duplica los tiempos de viaje y deja al descubierto la precariedad de la planificación provincial.
Desde el 1° de septiembre hasta el 22 de diciembre de 2025, el aeropuerto de Río Gallegos permanecerá completamente cerrado por una rehabilitación integral de la pista principal, considerada “necesaria e impostergable” por ORSNA y Aeropuertos Argentina 2000.
Se invierten 24 millones de dólares para reconstruir los sectores de asfalto y hormigón, renovar balizamiento, luces, señalización e incluso el sistema de detección de hielo. Pero pese a la magnitud del corte, no hay un plan alternativo claro ni desarrollado. La consolidación de toda la operativa en El Calafate, ubicada a más de 300 km, genera severas complicaciones sin una logística coordinada, y muchas preguntas sin respuesta
Antes del cierre, un vuelo desde Río Gallegos incluía unas 4,5 horas promedio entre traslado y espera. Hoy, esa cifra se duplica o triplica: trayectos que exigían alrededor de 5 horas ahora demandan entre 8 y 12 horas, dependiendo de la ciudad de origen
El transporte terrestre no está subsidiado, y los boletos aumentan drásticamente: un micro puede costar hasta $85.000 por tramo, es decir, $170.000 ida y vuelta. A esto se suman remises, charters y autos particulares sin regulación clara, encareciendo aún más la conexión.
El agravante: solo reciben reintegro quienes compraron sus pasajes antes del 22 de mayo, clave a la fecha en que se formalizó el cierre. El resto, a pagar de su bolsillo
El subsecretario de Transporte de Santa Cruz, José Maldonado, destacó que la obra fue comunicada con tres meses de anticipación y que es fundamental para la seguridad de los vuelos. Sin embargo, no existen detalles ni anuncios sobre refuerzos en El Calafate, infraestructura complementaria, plan de contingencia o comunicaciones efectivas a los usuarios.
Incluso voces críticas señalan la falta de cuestionamientos por parte de diputados nacionales o autoridades locales, quienes permanecen en silencio mientras miles quedan sin una alternativa eficaz.
La herida abierta: costos, incertidumbre y malestar ciudadano
Usuarios, turistas y empresas transportadoras denuncian la ausencia de organización, la improvisación y la carga de costos que recae claramente sobre el pasajero, en plena temporada alta en la Patagonia.
No hay información oficial sobre viajes sanitarios, emergencias, o transporte de carga esencial. Quienes viajan por motivos de salud o trabajo ahora enfrentan riesgos adicionales de demora y desatención
Las obras “necesarias” no se traducen automáticamente en mejores condiciones de viaje hoy. Por el contrario, los habitantes y viajeros enfrentan costos altísimos, tiempos infinitos y falta de respuestas institucionales.
Sin un cambio urgente en la planificación y comunicación, el cierre del aeropuerto encuentra un terreno fértil para alimentar la indignación: ¿dónde está la defensa de la conectividad regional? ¿Por qué el impacto recae en los usuarios? ¿Cómo se va a garantizar que tras diciembre no haya más sorpresas?
Todo lo que tenés que saber para viajar en avión desde El Calafate tras el cierre del aeropuerto de Río
El Aeropuerto de Río Gallegos estará cerrado desde el 1° de septiembre hasta el 22 de diciembre por obras en
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