VIDAL ENSAYA EL MENEMISMO EN SANTA CRUZ
Vidal busca su propia Corte: avance sobre la Justicia en Santa Cruz con sello menemista y kirchnerista
RÍO GALLEGOS. — Tras fracasar en su intento de promover juicios políticos contra jueces incómodos, el gobernador Claudio Vidal avanza con una estrategia más profunda: la construcción de un Tribunal Superior de Justicia a su medida. La reciente ley que amplía el número de integrantes del máximo tribunal provincial encendió todas las alarmas en el Poder Judicial y en la política nacional.
La Asociación de Magistrados y la Función Judicial de Santa Cruz expresó su rechazo en un comunicado, calificando la reforma de “innecesaria e inconveniente” en la coyuntura actual. Recordaron que el Poder Judicial sufrió un recorte del 38% en su presupuesto durante el último año, lo que derivó en una declaración de emergencia edilicia. Para los jueces, lejos de mejorar la celeridad de los procesos, la ampliación del Tribunal solo incrementa el gasto en salarios y estructura administrativa, en detrimento de los tribunales de primera y segunda instancia donde se acumulan las causas que afectan directamente a la ciudadanía.
La advertencia local tuvo eco en la Federación Argentina de la Magistratura (FAM), que denunció un avance directo sobre la independencia judicial en Santa Cruz. Señalaron que la reforma del Tribunal Superior, junto con las modificaciones al Consejo de la Magistratura y al Tribunal de Enjuiciamiento, coloca a la Justicia provincial en una situación de dependencia frente al poder político.
El “tribunal propio” como estrategia de poder
El movimiento de Vidal tiene reminiscencias de los años ’90, cuando el menemismo amplió la Corte Suprema nacional para asegurarse fallos favorables, y también del kirchnerismo, que siempre buscó domesticar al Poder Judicial bajo el argumento de la “democratización de la justicia”. En Santa Cruz, la fórmula se repite: más que buscar celeridad o imparcialidad, lo que está en juego es la construcción de un tribunal afín que garantice gobernabilidad política al Ejecutivo.
Una pulseada institucional
La FAM fue contundente: la independencia e inamovilidad de los jueces, pilares del sistema republicano y reconocidos por la Constitución Nacional, quedan amenazados por la reforma. Incluso apelaron a los Principios Básicos de la ONU sobre la independencia judicial para reforzar el carácter internacional de la advertencia.
El trasfondo es claro: Vidal no consiguió disciplinar a la Justicia a través de la vía del juicio político, y ahora opta por el camino de agrandar la Corte provincial con nombres propios. Un movimiento que le permitiría asegurarse control sobre sentencias clave en materia política, económica y electoral.
Un poder en tensión
La reforma judicial ocurre en paralelo a un escenario social y económico convulsionado: conflictos gremiales, paritarias trabadas y una ola de delitos en ascenso. En este marco, el control sobre el Poder Judicial aparece como una prioridad estratégica para el gobernador, aunque a costa de profundizar la tensión institucional y debilitar la confianza ciudadana en la imparcialidad de los jueces.
La pregunta que flota en los pasillos políticos es la misma que ya marcó la historia reciente de la Argentina: ¿busca Vidal una Justicia más rápida y eficiente, o simplemente una Corte amiga que le garantice impunidad y control político?
Comunicado 