TENSIÓN EN LA FRONTERA NORTE DE ARGENTINA
Denuncian que Bolivia desvía el cauce del río Bermejo y construye dársenas de ripio sin autorización
El interventor de Aguas Blancas, Adrián Zigarán, advirtió que las construcciones del lado boliviano podrían modificar el curso natural del río, que marca el límite internacional. Solicitó la intervención de la Cancillería argentina para evitar un posible conflicto ambiental y diplomático.
Una nueva tensión fronteriza se desató entre Aguas Blancas (Argentina) y Bermejo (Bolivia), luego de que se detectara la construcción de varias dársenas de ripio sobre el cauce del río Bermejo. Las obras, presuntamente ejecutadas por cooperativas locales del lado boliviano, habrían sido realizadas para facilitar el cruce de chalanas sin consulta ni coordinación con las autoridades argentinas.
El interventor de Aguas Blancas, Adrián Zigarán, denunció que se trata de una acción “unilateral e inconsulta” y alertó que podría modificar el curso natural del río, que constituye un límite internacional entre ambos países.
“Están desviando el curso del río Bermejo de manera unilateral y no sabemos qué consecuencias puede traer. No lo hicieron profesionales; para mí le permitieron a los chalaneros bolivianos acomodar esas construcciones”, expresó Zigarán, quien advirtió que el desvío podría afectar directamente la zona urbana de Aguas Blancas.
Riesgo de inundación y reclamo diplomático
El funcionario explicó que, debido a la diferencia de niveles entre ambas localidades, el nuevo cauce podría hacer que el agua ingrese hacia territorio argentino. “No es que uno puede improvisar un brazo de piedra y desviarlo, esto debe contar con ingenieros y con la intervención de la Comisión Regional del Río Bermejo (Corebe)”, remarcó.
Zigarán describió las dársenas como “boxes de Fórmula 1, cada una con su espacio”, y señaló que fueron levantadas por cooperativas bolivianas vinculadas al transporte de chalanas. “No toman conciencia de que es altamente peligroso; si eso pega rebote, el agua se nos mete adentro del pueblo”, advirtió.
El funcionario ya notificó la situación al director nacional de Áreas de Frontera e Hidrovía, Gustavo Ferragut, y a la diputada nacional Virginia Cornejo, para que el caso llegue formalmente a la Cancillería argentina.
“Esto es tierra de nadie”
Además de la denuncia ambiental, Zigarán aprovechó para exponer los conflictos sociales que atraviesa la frontera: enfrentamientos entre bagalleros y gendarmes, el cierre de la finca Karina —que daba trabajo a cientos de personas— y la expansión de empresas bolivianas de encomiendas en territorio argentino.
“Ahora arman carritos para pasar mercadería, pero de este lado ya hay carreros argentinos, y se enfrentan porque los bolivianos quieren manejar esta orilla del río, que es nuestra”, explicó.
El interventor concluyó que el escenario actual refleja la falta de control y la urgencia de una respuesta institucional: “Esto es tierra de nadie, y las consecuencias pueden ser graves si no se actúa a tiempo.”