CALETA OLIVIA: CONFIRMAN MUERTE CEREBRAL DEL JOVEN BALEADO Y SE AGRAVA LA TENSIÓN EN TORNO AL CASO
Crece la conmoción en Caleta Olivia. Fuentes médicas del Hospital Zonal “Padre Pedro Tardivo” confirmaron que Franco Nahuel Marcial, el joven de 18 años herido de un disparo en la cabeza el último domingo, presenta muerte cerebral, en un cuadro considerado clínicamente irreversible.
Marcial fue baleado en inmediaciones del playón deportivo del barrio 17 de Octubre, y desde entonces permanecía internado en terapia intensiva. El disparo —con orificio de entrada y salida— provocó un daño neurológico crítico.
Un detenido y un prófugo
En paralelo, la causa registró un avance central: se entregó voluntariamente un joven identificado como T. Pratt, de edad similar a la víctima, hijo de un dirigente del sindicato petrolero. Fue puesto a disposición de la Justicia y quedó detenido.
Los investigadores buscan ahora a un segundo involucrado, presuntamente quien habría acompañado al autor material del disparo. Por el momento, se trabaja para establecer el rol preciso de cada uno en el ataque.
Noche violenta: disparos contra el sindicato
Durante las primeras horas del martes, se registraron ataques armados contra el edificio central del Sindicato Petrolero, Gas Privado y Energías Renovables de Santa Cruz, ubicado sobre avenida Güemes. Hubo impactos visibles en la fachada y la Policía realizó peritajes en el lugar.
También se reportaron hechos similares contra una vivienda vinculada al entorno familiar del detenido. El clima de escalada es evidente, y las fuerzas de seguridad reforzaron guardias para evitar nuevos episodios.
Una ciudad golpeada por hechos recientes
Este nuevo episodio se suma a una serie de crímenes violentos ocurridos en 2024 en Caleta Olivia, entre ellos los casos de Roberto Argel (febrero), Antonella Aybar (mayo) y Jorge Brunaga Ojeda (octubre).
La comunidad exige respuestas rápidas y presencia efectiva del Estado. El caso Marcial podría convertirse en un punto de no retorno si la escalada no se contiene en las próximas horas.
El clima interno en el Sindicato Petrolero está cargado de tensión y miedo, con dirigentes que admiten en privado que “los márgenes de control son cada vez más delgados”. Lo que antes eran roces gremiales o disputas de poder ahora se traduce en acciones armadas abiertas, con familias apuntadas y edificios atacados a los tiros. La frontera entre conflicto sindical, territorial y delictivo parece haberse borrado. En Caleta Olivia, el poder que antes se discutía en asambleas hoy se está disputando a balazos.
