LOS SOCIOS DE VIDAL NO ME VAN A CALLAR
LOS SOCIOS DE VIDAL NO ME VAN A CALLAR
Un nuevo capítulo en la obsesión oficial por silenciar a quien incomoda. El empresario Hugo Rodríguez, dueño de Brest S.A. y Director Suplente de YPF por la Provincia de Santa Cruz, me envió una Carta Documento exigiéndome retractación. No sorprende: cuando el poder no puede comprar, intenta callar.
¿Y qué dije? Simple: que Rodríguez, por ser representante de la Provincia en el Directorio de YPF, es funcionario público, y que si el gobernador Claudio Vidal le adjudica áreas petroleras a Brest S.A., se configuran los delitos previstos en las Leyes 3.034 y 3.325 de Ética Pública:
negocios incompatibles con la función pública e incumplimiento de los deberes del funcionario.
Y lo reafirmo: no me voy a retractar.
No importa que Rodríguez nunca haya pisado una reunión del Directorio: el cargo lo convierte automáticamente en funcionario público, y la ley le prohíbe ser beneficiario de concesiones provinciales durante su mandato y hasta un año después de su cese. La Carta Documento, incluso, llega al extremo de citar un artículo de la Ley 3.034 que no tiene nada que ver con lo que el propio Rodríguez invoca.
La Inteligencia Artificial está haciendo estragos en los estudios jurídicos distraídos, parece.
Pero lo verdaderamente grave no es eso.
Es el método.
Lo que Vidal no puede comprar, lo quiere silenciar.
No lo digo yo: ya van demasiadas cartas documento, aprietes telefónicos, y presiones seudo-institucionales contra periodistas, dirigentes y ciudadanos.
La libertad de expresión no es un souvenir optativo de la democracia: está garantizada por el Artículo 14 de la Constitución Nacional, el 13 de la CADH y el 19 del PIDCP. ¿Eligieron la función pública? Muy bien: sean tolerantes, transparentes, o al menos un poco más discretos.
Ya no están en el sindicato. Aflojen con los modos.
No insulto, no difamo, no invento. Publico hechos. Con documentación. Sobre temas de interés público. Que otros prefieren callar. Y del silencio cómplice que permite que algunos se hagan millonarios hipotecando el futuro de Santa Cruz, yo no voy a ser parte.
Manden todas las Cartas Documento que quieran.
Se las voy a contestar. Y tarde o temprano, les voy a ganar.
P.D.: La defensa desesperada que hizo el ministro procesado por corrupción, Jaime Álvarez, a favor de Rodríguez… es el mejor resumen del conflicto de intereses que estamos denunciando.
Con amigos así, quién necesita enemigos.
Porque esto no es un tema personal.
Es un tema de poder. De quién se atreve a hablar cuando otros prefieren negociar silencio.
Y si creen que con cartas documento, llamados o carpetazos van a domesticar la discusión pública en Santa Cruz, llegaron tarde.
Esta nota lleva mi nombre y mi responsabilidad.
Soy Gonzalo Chute, y no me van a callar.
Ni hoy, ni nunca.
