EDUARDO COSTA VIO A LA LUZ CELESTIAL: FIRMO SU CONVERSION Y YA SE PRESENTA COMO LIBERTARIO DE LA PRIMERA HORA
Después de años de predicar el “ni kirchnerismo ni extremos”, Eduardo Costa finalmente tuvo su epifanía. Publicó una carta donde no solo anuncia que votará a Javier Milei, sino que escribe directamente como si ya fuese parte orgánica de las Fuerzas del Cielo.
No acompaña: se incorpora doctrinariamente.
El giro es explícito. Ya no hay lenguaje radical, institucionalista o moderado. Hay relato libertario puro: “romper el estancamiento”, “liberar las fuerzas del trabajo”, “transformación profunda”, “coraje histórico”.
Un Costa 2025 que habla más como Santiago Caputo que como Ricardo Alfonsín.
Pero lo central no está en el texto, sino en el contexto. Costa estuvo políticamente desaparecido en los últimos años. Su estructura se disolvió. La UCR santacruceña lo dejó en coma 4. Ni conducción partidaria, ni candidatura legislativa, ni control territorial. Era, hasta ayer, un ex.
Esta carta no es un apoyo. Es una resurrección.
Eduardo Costa no se volvió libertario: se volvió sobreviviente. Entendió que la UCR ya no lo esperaba, y que el único espacio que genera poder real es Milei. Eligió el tren que sigue en marcha. No el que sigue discutiendo quién conduce un auto sin ruedas.
Traducción final, brutal pero exacta:
las Fuerzas del Cielo lo trajeron de vuelta a la vida política.

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