MARIANI, EL GRAN PERDEDOR: BASANTA VOLVIÓ.
El miércoles no fue un día más en el Poder Judicial: fue el día en que se cayó una operación política que venía inflada desde hace meses.
El Consejo de la Magistratura dispuso la reincorporación inmediata del Dr. Fernando Basanta y, de paso, dejó en evidencia que el único que quedó sin silla cuando paró la música fue el Dr. Daniel Mariani, hoy el rostro visible de la derrota judicial más estruendosa del año.
La nota que presentó Mariani —intentando conservar el lugar que ocupó mientras Basanta estaba suspendido— quedó “diferida”, la palabra elegante para decir archivada hasta nuevo aviso.
Traducción institucional: se terminó la suplencia, se terminó la novela, y se terminó su protagonismo.
Y para completar el cuadro, el propio Consejo reconoció expresamente la vigencia de la cautelar vinculada a la Ley 3949, una señal jurídica clave:
todo indica que podría salir a favor del Gobierno, pero recién cuando se cumplan los plazos procesales.
Nada urgente, nada determinante hoy.
Pero suficiente para que algunos ya empiecen a ensayar discursos de distensión.
En los pasillos del Poder Judicial —esos donde se sabe todo antes que en el Boletín Oficial— ya se desliza una frase que nadie se anima a negar:
“Mariani piensa en renunciar.”
No es oficial, pero el silencio es elocuente.
El revés fue demasiado fuerte: perdió el lugar en el Consejo, perdió la batalla política y perdió espacio dentro del reducido club de los “jueces Blue”, ese grupo que apostó a que Basanta no volviera jamás y que hoy prefiere no atender llamados.
Mientras tanto, Basanta volvió a su despacho sin estridencias, con una legitimidad reforzada por la absolución unánime de la Sala Juzgadora.
La imagen del vocal firmando su propio veredicto frente al secretario general de la Legislatura se convirtió en el símbolo del día:
el hombre que acusaron, suspendieron y quisieron borrar… volvió más fuerte que antes.
Mariani, en cambio, quedó en una escena mucho menos épica: mirando desde afuera, esperando una cautelar que no lo favorece de inmediato, y con su nota durmiendo en el Consejo.
Los Blue, por ahora, sin rebote
Para el sector del TSJ que empujó esta movida, el golpe es doble:
- Basanta está de vuelta.
- La estrategia política quedó expuesta y debilitada.
Hoy no hay comunicados, no hay relatos alternativos, no hay épica posible.
Los números de la Sala Juzgadora hablan solos: 12 votos, absolución y reintegro inmediato.
El cierre de una jugada que salió mal
La política judicial de Santa Cruz es áspera, pero este capítulo dejó un mensaje claro:
si no tenés los votos ni los tiempos legales de tu lado, la operación te explota en la mano.
Basanta volvió.
Mariani quedó golpeado, aislado y con rumores de renuncia alrededor suyo.
Y el Consejo, en un movimiento quirúrgico, terminó marcando dónde está la legalidad… y dónde quedó cada uno parado.
En Santa Cruz, como siempre, los silencios dicen más que los fallos.