ESTOS SON MIS PRINCIPIOS, PERO SI NO LE GUSTAN TENGO OTROS
SI NO PUEDES CON ELLOS, UNETE!!
La Agencia Santacruceña de Ingresos Públicos (ASIP) se paraliza por reclamos, el conflicto escala, y el gobierno provincial opta por cambiar al gremialista más visible por un cargo superior. ¿Solución o cooptación?
El escenario era claro: trabajadores del organismo recaudador llevaban meses sosteniendo que no había aumento, que la paritaria ni aparecía, que los ingresos “a dedo” proliferaban. La tensión estalló con un paro de 96 horas organizado por Asociación Trabajadores del Estado (ATE) Santa Cruz: del 21 al 24 de octubre las oficinas de ASIP prácticamente quedaron paralizadas. Y ahí entra el gobierno: frente al impacto político-administrativo, el gobernador Claudio Vidal designa a Cristian Andrés Brizic como nuevo director ejecutivo de ASIP. Ahora declara con solemnidad: “Tenemos la idea y la voluntad… hay recesión… no hay consumo… vamos a fortalecer inspecciones”.
La falta de respuesta del gobierno ante el congelamiento salarial y la persistente inacción frente a los reclamos internos dejó en claro que la dirigencia no había previsto un plan de contingencia ni diálogo efectivo: el paro, la retención de servicios y los cuestionamientos al ingreso “a dedo” marcaron un escenario de conflicto abierto dentro de ASIP antes del relevo de su conducción. Al asumir Brizic como director ejecutivo, el gobierno pretendió mostrar que “renueva, oxigena y mejora servicios”, pero el trasfondo sigue siendo la necesidad de apagar el incendio más que encender un proceso de transparencia estructural. (
¿Cuánto hubo de mero reconocimiento del conflicto y cuánto de cooptación del actor más visible de los reclamos? ¿Los trabajadores de ASIP interpretan este nombramiento como una victoria o como un cambio de bando disfrazado de solución? ¿Esa jugada garantiza ahora mejoras concretas en salarios, condiciones y concursos, o simplemente señala un ajuste táctico del poder para recuperar el control? Y, en definitiva: ¿qué cambia realmente para el contribuyente, para el organismo y para la gestión del Estado en Santa Cruz?
El defensor de los derechos laborales ahora se hace cargo del ente que reclama recaudación, inspección, disciplina. El interlocutor automático de la protesta pasa a ser parte del aparato que se quejaba “que no daba respuestas”. En el gremialismo se leía como adversario; en el Estado lo nombran gestor. Se podría decir: no pueden con el paro, entonces lo nombran director. El gobierno santacruceño parecía estar desorientado frente a la crisis interna de ASIP: paro, retención, reclamos. En lugar de negociar y dar soluciones, optó por incorporar al conflicto un actor que lo condujera desde adentro. Y si la consigna es “cada loco con su tema”, esta vez el loco cambió de tema. ¿Y los demás compañeros seguirán escuchando la misma canción o empezarán a bajarse del ritmo?





