MARCHA DE LA BRONCA
Santa Cruz en punto de ebullición: la “marcha de la bronca” docente expone el fracaso del Gobierno para contener el conflicto
La docencia de Santa Cruz vuelve a las calles, pero esta vez el clima es otro. La “marcha de la bronca” convocada por ADOSAC no es solo una protesta: es la expresión más cruda de un conflicto que el Gobierno provincial dejó crecer, ignoró y finalmente agravó con una decisión calculada y políticamente torpe: aplicar descuentos masivos sobre miles de trabajadores a días de fin de año.
La medida no fue un error administrativo. Fue un mensaje.
Y el mensaje fue recibido como lo que es: una maniobra disciplinadora en un escenario donde el Estado no aporta soluciones, pero sí aprieta.
La convocatoria de esta tarde, con recibos de sueldo en la mano, es una postal que golpea a cualquier gestión. Miles de docentes mostrando públicamente cuánto les descontó la administración de Claudio Vidal por ejercer un derecho constitucional. Y si el objetivo del Gobierno era intimidar, logró exactamente lo contrario: potenció el conflicto y unificó al sector en un rechazo abierto.
ADOSAC lo sintetizó con precisión: “brutales descuentos, a días de las fiestas”. En un contexto de inflación, atraso salarial y paritarias empantanadas, el recorte en los haberes no solo profundiza la crisis: la convierte en una provocación.
El Congreso Provincial del gremio dejó claro que el diálogo seguirá, pero bajo otra lógica: la advertencia de un paro provincial de 24 horas este viernes si los descuentos no se devuelven es una línea directa al corazón político del Gobierno. No se trata ya de una pulseada salarial: se discute autoridad, legitimidad y capacidad de gestión.
La docencia también puso sobre la mesa un dato que el Gobierno evita admitir: el ciclo lectivo 2026 está en riesgo real si no llegan respuestas concretas y no se corrigen estas decisiones que rompen cualquier puente de negociación.
Pero los problemas no terminan en los salarios. El sistema de salud, atravesado por la crisis de la CSS, es otro frente que golpea de lleno al sector docente. Faltan derivaciones, falta medicación, faltan especialistas. Y mientras tanto, desde el Gobierno se repite el discurso de la eficiencia, pero la realidad muestra una estructura estatal deteriorada y sin capacidad de respuesta.
En el plano nacional, el rechazo al borrador de la nueva Ley de Educación suma combustible. ADOSAC pidió a CTERA un plan de lucha federal y un Congreso Orgánico urgente, porque el conflicto ya desbordó los límites de Santa Cruz y se conecta con un clima nacional de ajuste, reformas regresivas y pérdida de derechos laborales.
Por ese motivo, el gremio llamó a conformar un plenario provincial de sindicatos y organizaciones sociales. El mensaje es claro: si el Gobierno provincial eligió tensar, la respuesta será en bloque. Una articulación intersindical de ese tamaño no solo amplifica el conflicto: lo convierte en un desafío político de primera línea para cualquier administración.
La marcha de esta tarde será una demostración de fuerzas, pero también un diagnóstico. El Ejecutivo no controló el conflicto, no lo anticipó y cuando intervino, lo empeoró. Los descuentos fueron el punto de quiebre.
A partir de hoy, el Gobierno enfrentará un escenario más duro, más amplio y más impredecible. Porque cuando la docencia sale a la calle con bronca acumulada, salarios recortados y un gremio unificado, el problema deja de ser sindical: se transforma en una crisis política.
El oficialismo tendrá que decidir si quiere contenerla o seguir alimentándola.
Pero el tiempo, como ya demostró este conflicto, dejó de jugar a su favor.
