EL CIRCULO ROJO
Edición: tibios, adopciones políticas y el zorro en el gallinero
ALGUIEN QUE SABE NOS DIJO…
…que Garrido atendió a Daniel Álvarez por tibio y, esta vez, no erró el diagnóstico. Aunque conviene decirlo completo: no fue el único tibio en el recinto. De un lado y del otro, en la presentación del Jefe de Gabinete, lo que sobró fue tibieza. Discursos lavados, preguntas sin filo y silencios demasiado cómodos.
SE DICE (YA SIN BAJAR LA VOZ)
…que cada vez son más los que se animan a decir en público lo que antes murmuraban en los pasillos. Incluso una diputada de la primera capital de la provincia ya parece llevar colgado el cartel de “se regala”: pide a gritos que los libertarios la adopten como cachorro de esos que entregan las protectoras. Gestos, guiños y cero pudor.
ENTRE LÍNEAS
Álvarez no solo sigue tibio: tampoco responde lo que le preguntan. Igual, se entiende. Dicen que ya está levantando los petates y que en estos días el brindis en Jefatura lo hace Pedro Luxen. Cuando el futuro se acorta, las respuestas se vuelven evasivas.
MIENTRAS TANTO…
Vidal sigue comprando gremialistas y repitiendo una fórmula conocida. Tan conocida que ya fracasó. Como decía el General Perón: “con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”. Saquen conclusiones y elijan de qué lado del refrán pararse.
LA ÉPICA DE GESTIÓN
El gobernador le pone épica a pintar un mástil. Afuera, la gente intenta descifrar cómo pasar una Navidad digna. No habrá pan dulce en la mesa, pero el mástil policial está pintado. Tampoco seamos tan exigentes con los tiempos para solucionar los problemas reales… prioridades son prioridades.
BONUS TRACK – GABINETE Y GALLINERO
Bombón, Bellota y Burbuja llegaron al gabinete y hay varios machirulos enojados. El protagonismo dejó a más de uno en offside, expuesto por una verdad incómoda: en dos años no hicieron nada.
BONUS TRACK II – TRANSPARENCIA, DESPUÉS VEMOS
La ministra Jaramillo asume en el Tribunal de Cuentas. La cuñada baja un escalón y Vidal decide poner al zorro a cuidar las gallinas. La misma ministra que en dos años se gastó el equivalente a tres masas salariales de ahorro ahora deberá controlarse a sí misma. O mejor dicho, cuidar que no se note.
¿Transparencia? Te la debo.