DOS HISTORIAS DE AMOR. REALES. CERCANAS. Que nos dejan huella, que nos demuestran que vale la pena celebrar al amor. Desde el lugar que estés, con quien estés, como estés.
Se trata -según cuentan- de ver el amor en todos lados.
Bremen-Río Gallegos: la historia de amor de J y J
Bremen queda al norte de Alemania, tiene medio millón de habitantes y las estaciones son muy marcadas. Como las características de sus habitantes. Serios, adustos y educados. “Hasta que aparece la cerveza, y se acortan las distancias”, cuenta Jessica, una de las protagonista de esta historia.
Jessica nació en Alemania, y cuando iba al colegio, tuvo la oportunidad de realizar un intercambio escolar. Le toco como destino Argentina. Río Gallegos/ Agosto 2010.
“Me vine con mucha alegría, quería conocer. Fue una hermosa experiencia que recomiendo siempre. Hice muchos amigos. Fueron once meses de compartir con la familia que me hospedo como una más. Es por eso que volví en 2013 a visitarlos, y ahí me enamore de Jorge, que era vecino”.
Desde ese año no se separaron más.
“Estaba trabajando en un museo en Bremen en 2013. Pero volví y renuncie. Me vine a vivir con Jorge. Nosotros nunca dudábamos de quien se mudaría. Siempre la idea fue que yo venga a Rio Gallegos”.
Y decidieron bien. Más que eso, a 8 años de la determinación, se sumaron dos pequeños a la familia, y un proyecto que llevan con mucho amor, “como se debe hacer con todo”.
Tienen un emprendimiento familiar de cerveza artesanal al que llamaron “Eterna Brauhau”.
El resumen de la vida acá lo cuenta Jessica con frases muy graficas.
“Hacer familia lejos es muchas veces sentirse sola. Es ver como muchas mamás se apoyan en su mamá, ver a tus amigas que van con sus hijos a comer a casa de su mamá, o dejarse acompañar por ellas para ir al pediatra y que te duela el corazón un poco por la envidia. Es amanecer cada domingo con una profunda melancolía por las comidas familiares de más de 25 personas y que ahora se ha convertido en comidas en restaurantes para dos adultos y dos niños”.
“Es sentirte con un pie acá y otro allá a pesar de que ya han pasado varios años”.
Sin embargo, Jessica declara que la decisión es la mejor que pudo haber tomado.
“Estoy orgullosa de la red de amigos que se han vuelto familia, de la pequeña hermosa familia que hicimos. Hoy mi casa sabe a hogar, hoy esta es mi casa”.
A unos años de haber arribado con esperanzas, hoy la realidad la recompensa con dos pequeños hijos y una y “una linda vida en esta ciudad”, rodeada del amor que construyo.
Por eso elige celebrar el Día de San Valentín, con su “pequeña hermosa familia”, como los llama. “Porque el amor esta donde esta uno”.
Corrientes- Rio Gallegos: la historia de A y M
Al Dr. Marcelo Cassaro lo recordamos todos. Por el amor con el que atendía a sus pacientes, a sus colegas, a las personas que se cruzaban con él por cualquier motivo. Profesional y empático. Férreo defensor de la necesidad de aumentar las restricciones en la ciudad para evitar la propagación del virus, que lo llevo finalmente a fines de septiembre pasado.
Su compañera, la Dra. Alejandra Miranda, lo recuerda; y nos recuerda a todos, que el amor está en todas partes.
“Tenía 28 cuando conocí a Marcelo. Ya éramos médicos ambos. Trabajábamos en la guardia del Hospital Vidal, en Corrientes capital”.
“No coincidíamos en horarios, hasta que un día visite a una amiga en el hospital y lo conocí. Marcelo era un ser maravilloso. Desde el primer día que lo vi, note su generosidad, el amor y el compromiso con la atención por el otro. No pasaba desapercibido”.
“Vinimos a Rio Gallegos por una propuesta de una amiga. En ese momento la diferencia en sueldos era abismal. En el sur se ganaba tres veces más que en el norte”, acota Alejandra.
“Vino primero Marcelo, y luego volvió a buscarnos. La mudanza hasta acá nos llevo 5 días. Se nos rompió el auto, y nos quedamos sin plata. Además, nos ofrecieron quedarnos en otras ciudades a trabajar, pero Marcelo quería llegar acá”.
“Cuando llegamos a la Virgen de Guer Aike y él paró el auto, sentí que era el lugar donde íbamos a quedarnos para siempre”, recuerda emocionada.
“Quince años compartimos en Rio Gallegos, hasta que murió”.
El 29 de septiembre, y luego de pasar semanas internado en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Regional, Marcelo se fue, víctima de COVID.
“La verdad que en diciembre no sabía qué hacer, pero amo lo que hago. Amo la ciudad”, reconoce Alejandra.
“Con Marcelo decíamos que íbamos a morirnos acá, y es donde yo quiero estar. El no está en este plano, pero el amor que el dio, me lo devuelven todo el tiempo. Hoy, lo recuerdo y lo siento de otra manera. Pero siempre con el amor intacto”.
“Y Tranquila, el me acompaña”.
El 14 de febrero va a ser distinto, especial.
“Su cumpleaños fue el 10 de febrero, hubiera cumplido 50 años. Estoy feliz de haber tenido la oportunidad de compartir la vida con un hombre así. Hoy 14 igual se festeja. Amo lo que hago, amo a mi familia. Amo a mis hijos, este 14 igual se festeja el amor.”
Porque el amor esta en todos lados.