La justicia penal de Santa Cruz condenó a prisión perpetua a la familia en un caso que causó gran conmoción en la capital provincial porque la víctima era muy conocida.
El presidente de la Cámara en lo Criminal de la Primera Circunscripción Judicial, Joaquín Alejandro Cabral, leyó el fallo poco después del mediodía, en el que se halló responsable de “homicidio agravado por el vínculo, consumado con alevosía, a través de una promesa remuneratoria y con el concurso premeditado de dos o más personas” a Claudia Susana Reina (58), esposa de la víctima, y sus hijos, José Maximiliano Maillo (38) y Luis Gabriel Maillo (27).
Además, también fue condenado a perpetua Cristian Javier Etchebarne (26) por “homicidio agravado por ser consumado con alevosía” y los agravantes antes mencionados porque la justicia determinó que la familia lo contrató como sicario para matar a Maillo.
La viuda Reina no estuvo presente en el momento de la lectura de la sentencia ni tampoco su abogado defensor, Carlos Telleldín.
El tribunal estuvo integrado, además de Cabral, por el juez subrogante Carlos Arenillas y por el vocal titular Jorge Daniel Yance, quien hoy no asistió por razones de salud (Covid-19).
La Cámara Penal, además, ordenó que se investigue a las parejas de los hermanos Maillo: “En virtud de lo producido en el presente juicio y de acuerdo a lo reunido en materia probatoria, considero prudente la posición fiscal de profundizar la investigación respecto de Rosenda Patricia Acosta y Carolina Nascimento ante la posible comisión de un delito de acción pública”.
El hecho fue cometido en la madrugada del 16 de noviembre de 2017 en la vivienda de Maillo y, a pesar de las estrategias de las defensas, la justicia determinó que el asesinato fue perpetrado por un sicario que fue a Río Gallegos especialmente tras un acuerdo con la pareja de Maillo, los hijos de ésta, a los que la víctima les había dado el apellido, y Carmen Spirituoso (83), madre de Reina, que falleció mientras estaba detenida.
A pocos días del crimen, la investigación se encaminó a un posible sicario contratado por los imputados luego que en un primer momento se creyó había sido una “entradera”, hipótesis luego descartada.
Se cree que la familia planeó el crimen para quedarse con una herencia de Maillo y que colocaron sedantes en la comida del comerciante para que éste estuviese indefenso al momento de ser atacado.
Además, las cámaras de seguridad de los alrededores de la escena del crimen captaron a la esposa ingresando al lugar sin violencia -su hijo Luis había declarado que ella fue golpeada y maniatada por el asesino- y acompañada de una persona encapuchada, tras lo cual, se retiró por sus propios medios.
La familia del comerciante, presente en el salón de la Escuela de Policía, donde se realizó el juicio y se leyó la sentencia, una vez que trasladaron a los condenados, se fundió en un abrazo.
“Queremos expresar nuestro agradecimiento porque hoy tenemos una pequeña alegría. Se hizo justicia. Luego de más de tres años nuestro hermano podrá descansar en paz”, dijo a Télam entre lágrimas una de las hermanas de la víctima.
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