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Luciano
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6 AÑOS DE MARCELA CHOCOBAR

En el día de ayer representantes de la Municipalidad de Río Gallegos participaron del acto en memoria de Marcela Chocobar a seis años de su asesinato.

 

En la oportunidad, en la cruz mayor de la necrópolis local, fue descubierta una placa en memoria de Marcela y luego se dejó una ofrenda floral.

Durante el acto, una de las hermanas de Marcela, agradeció la posibilidad con la que ahora cuenta la familia de poder recordar a su hermana en el cementerio. “Hoy no la tenemos a Marcela, como quisiéramos tenerla, pero esto significa mucho y tiene un sentido y valor muy simbólico. A Marcela la mataron, no quería morir de esa manera. Esto para nosotros significa un montón, así que muchas gracias a todos ustedes”, dijo.

 

¿Te acordás?

En la madrugada helada del 6 de septiembre de 2015, mientras la noche del sábado se aquietaba en los bares y boliches de la ciudad de Río Gallegos, Marcela Estefanía Chocobar, una joven trans salteña de 26 años, había decidido quedarse parada sola en la puerta del bar “Russia”, donde había estado bailando hasta hacía un rato con amigos, en el ritual más clásico de la prostitución callejera: esperando clientes. Esa fue la última vez que la vieron con vida.

Una cámara de seguridad la registró y testigos en la puerta del boliche la vieron subiendo a un Renault 9 rojo junto a dos sujetos. Karina, Judith, Gabriela y Laura, sus cuatro hermanas, comenzaron con ese dato una búsqueda desesperada y solitaria que duró días y para ellas fue eterna, con la esperanza cada vez más débil de que estuviera viva. “En el juzgado nos tiraron tres hipótesis: que se la había llevado una red de trata, que estaba metida en un tema de drogas o que se había ido con alguien, un novio”, recuerda Laura.

Días después, un vecino del barrio San Benito -en la periferia de la capital santacruceña- encontró en un baldío un cráneo sin tejido blando, sin ningún rastro de piel y, a siete cuadras de ese lugar, aparecieron una cadenita, un vestido y un saco negros, una bucanera blanca y una peluca rubia que confirmaron lo peor: a Marcela la asesinaron y descuartizaron. El resto de su cuerpo jamás apareció.

Tres hombres que circulaban en un auto similar al que ella se había subido fueron detenidos en 2016 y casi cuatro años después del crimen, dos de ellos –Ángel Azzolini, detenido con prisión preventiva en Puerto San Julián y Oscar Biott, detenido en Río Gallegos- enfrentan un juicio por el travesticidio. Adrián Fioramonti, que logró su libertad con una fianza de 50 mil pesos y fue sobreseído, declaró como uno de los 55 testigos del juicio.