Nacido en Choele Choel, de muy pequeño las montañas del Parque Nacional Nahuel Huapi fueron una extensión de su casa, el “patio” que forjaría para siempre su pasión y su profesión. Estudió la Tecnicatura Superior en Actividades de Montaña en la escuela provincial Cnel. Valentín Ugarte. Desde entonces ha organizado y liderando expediciones a los picos más desafiantes del mundo. Desde el Aconcagua, el pico más alto de Argentina, hasta el Monte Everest (Nepal), del Broad Peak (Pakistán) al Kilimanjaro (Tanzania), y el Monte Vinson (Antártida) y el Monte Denali (Alaska).
La llegada de Ceppi al Parque Nacional Patagonia despertó mucha expectativa entre el equipo que haría las veces de anfitrión: ¿Podrán estos paisajes, su diversidad y su riqueza cultural conmover a alguien con tanta experiencia? Parece que sí. “Puedo asegurar que hasta los europeos o norteamericanos que lleguen al noroeste de Santa Cruz —con ojos bien entrenados en este tipo de paisajes— no van a creer lo que ven” afirma el montañista.
Junto con Guchi Duran, su experimentada coequiper en las artes del runner, recorrieron más de 40 kilómetros de la red de senderos que propone el Parque Patagonia, ¿El objetivo? Desarrollar una carrera de montaña.
Se alojaron en “La Posta de Los Toldos”, la hostería emplazada en el Portal Cañadón Pinturas para poder “Salir a caminar y descubrir un mundo nuevo en cada sendero, cada giro y cada descanso. Un mundo vivo, diverso y asombroso, un espacio que le pertenece a todos”, destaca el rionegrino.
Cada metro de altura ganado en el sendero La Guanaca hasta llegar a la cima del cerro Amarillo fue un obsequio. Contemplar el cerro San Lorenzo, o recorrer el Sendero Koi bien temprano a la mañana hasta llegar al borde de la meseta Sumich. Toda esa magia escénica dejó sin palabras a este reconocido guía de montaña. Si “hasta una pareja de cóndores curiosos volaron en círculos muy cerca de mí, como saludándome, dándome la bienvenida”, celebró.
“En el Parque se pueden recorrer varios kilómetros a pie, en bici o en auto sin cruzarte con gente, pero seguro que te vas a encontrar fauna local: choiques, guanacos, piches, pericotes, chinchillones, cóndores, más choiques, ¡cuatro pumas juntos!, zorros, zorrinos, águilas, bandurrias, flamencos, pequeñas aves, etc”.
“En Parque Patagonia también se respira la historia que reflejan las pinturas de la Cueva de las Manos, la historia de la gente que habitó este lugar miles de años atrás”, resalta Ceppi, que no se pudo aguantar y decidió repetir varios senderos durante su visita. “Cada rincón sorprende, disfrutar a mi propio ritmo, disfrutar mate en mano los atardeceres, las tierras de colores, la fauna, la fauna, la fauna… sin dudas vale la pena repetir”.
“La verdad que la posibilidad de adentrarse en espacios tan extensos, inabarcables para la vista, y descubrir vida silvestre observable y mansa en cada pausa, enmarcada en mesetas volcánicas, cañadones ocultos, lagos y lagunas en un lugar de acceso público no es común”, afirma Tomás.
Mientras prepara la agenda de expediciones con su emprendimiento TCExpeditión, que lo llevará hasta la Antártida este año, entre otros destinos, Ceppi decidió conocer todo lo que el noroeste santacruceño tiene para ofrecer. “Hago una invitación: a descubrir tu estado más esencial. Salir a caminar al Parque Patagonia, y dejar que lo salvaje te descubra. Lo salvaje es vida”.
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