Los datos son preocupantes y hablan a las claras del impacto que está teniendo la suba de precios de los alimentos en la dieta de los argentinos.
En marzo pasado el consumo de carne vacuna se ubicó en 47,7 kg. por habitante por año, lo que marca una caída interanual de 2,7% (-1,3 kg/hab/año), que se eleva al 12% cuando se contrasta con 2019. La respuesta a esta caída es una sola: los precios no paran de subir, porque en el mismo mes este producto clave de la canasta básica mostró alzas en promedio del 8%, es decir bastante por arriba de la inflación general que de por si ya fue elevada.
Según el relevamiento del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), los precios tuvieron alzas significativas, del (+8,2%), en marzo de 2022, con respecto a febrero, en los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto. En los puntos de venta que atienden al nivel socioeconómico medio, los precios de la carne vacuna mostraron subas algo más acotadas, que resultaron del (+7,8%); mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios se incrementaron de forma también significativa, (+9,7%).
El último pico de consumo de carne vacuna se registró en 2009 cuando los argentinos comían alrededor de 70,3 por habitante por año, 13 años después el consumo cayó nada menos que 22,6 kilos por habitante por año. También es cierto que actualmente hay mayor oferta de carnes alternativas, a precios más convenientes, como el cerdo y el pollo que fueron ganando terreno en las mesas. Pero eso no es todo, porque estos productos también vienen mostrando subas aceleradas en los últimos meses.
Según el del IPCVA, el precio del pollo fresco mostró alzas muy significativas, con una variación del (+15,1%) en marzo pasado con respecto a febrero. Por su parte, el precio del pechito de cerdo registró valores con subas moderadas en el mismo periodo, avanzando un (+4,7%) con relación al mes anterior. Con respecto a los valores de marzo de 2021, el pollo incrementó su precio en un 52,6% y el cerdo un 51,1%.
Es decir, productos de consumo básico e indispensable para la canasta básica no pueden despegarse de la dinámica inflacionaria e incluso muestran remarcaciones. Es el caso de la carne vacuna que hasta la fecha ostenta un suba interanual apenas por arriba del 60%, que superan a la inflación general.
Mientras tanto, y a pesar de los controles estipulados por el Gobierno que determina que siete cortes de consumo popular, como el asado, el vacío y el matambre, entre otros, no pueden exportarse, los precios no paran de subir en las góndolas. Parece poco el alcance del denominado programa de Precios populares en el que la industria y los supermercados vuelcan apenas el 5% del consumo nacional a precios subsidiados.
En contrapartida, teniendo en cuenta las restricciones estipuladas por el Gobierno a las exportaciones, los frigoríficos están lejos de atravesar una crisis. La clave son los altos precios internacionales. Según el relevamiento de CICCRA, en febrero las exportaciones de carne vacuna se recuperaron y totalizaron 46.900 toneladas peso producto. Este volumen superó en 2,5% al registrado en febrero de 2021. En tanto, cuando se las mide en toneladas res con hueso, las exportaciones equivalieron a 66.600 toneladas (+3% anual; +2.00 toneladas res con hueso). A su vez, los ingresos por las ventas al exterior de carne vacuna ascendieron a u$s266,6 millones en febrero pasado. Al comparar con el mismo mes de 2021 se registró una mejora de 41,8%, explicada casi en su totalidad por el aumento del precio promedio declarado.
Mientras que en febrero de 2021 se había declarado un valor de u$s4.113 por tonelada peso producto, en febrero de 2022 el mismo llegó a u$s5.690 dólares (+38,3%). Por su parte, la medición en toneladas res con hueso arrojó un valor unitario de u$s4.003 en febrero del corriente año (+37,6% anual).
Fuente: Ambito
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