En el día de ayer, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, realizó su primera presentación en público luego del intento de su magnicidio.

Fue en su despacho del Senado donde recibió a curas, monjas y laicas y sostuvo que “Siento que estoy viva por Dios y por la Virgen”.

No fue la única referencia a lo celestial sino que, además, luego de su discurso Fernández atendió el saludo que le hicieron llegar directo desde El Calafate de parte del cura “Lito”. Se trata de un cura que ahora presta servicios religiosos en El Salvador: “No sabes cómo lo extrañamos en Calafate a Lito”, sostuvo al respecto.

La vicepresidenta aprovechó para agradecer y mencionar lo importante que ha sido el Padre Lito para la localidad de El Calafate y le mandó un saludo.

También contó que habló con el Papa Francisco y que le hubiera gustado que estuvieran presentes sus amigas carmelitas durante su exposición.

“Me hubiera gustado que estuvieran mis amigas, las carmelitas de San Nicolás pero, no pueden porque son de clausura. Sí, yo las invité y después me di cuenta que no podían pero ya hablamos mucho, nos mandamos mensajitos. Y ellas me mandan miel de la basílica del Rosario de San Nicolás. Y bueno, me mandan también nueces de pecán y cositas así.  Yo las quiero mucho y ellas me quieren mucho”, relató la vicepresidenta.

Respecto a su charla con el Papa, Cristina sostuvo que “El Papa Francisco me llamó bien tempranito al otro día de ese jueves, el viernes tempranito me llamó. Estuvimos hablando por teléfono y me digo algo así como que los actos de odio y de violencia siempre son precedidos por palabras y por verbos de odio y de violencia. Primero es lo verbal ¿no? la agresión y después ese clima va creciendo, creciendo y creciendo y finalmente se produce bueno…”.

Para finaliza, Fernández les hizo saber que se quedó con las ganas de participar días atrás de la misa en la Basílica de Luján pero que no fue posible debido a que no iba a haber mucha seguridad.

“Yo siento que estoy viva por Dios y por la virgen, realmente. Así que me pareció que si tenía que agradecer a Dios y a la virgen tenía que hacerlo rodeado de curas por los pobres, de curas villeros y de hermanas laicas, de hermanas religiosas”, dijo la presidenta del Senado, que aclaró que su intención era que su primera actividad pública fuera junto a ellos.