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JOYA PATAGÓNICA

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JOYA PATAGÓNICA

El Calafate: el glaciar más famoso y otros imperdibles

 

Minitrekking sobre el Perito Moreno, navegación entre icebergs y glaciares, cuevas con arte rupestre y mucho más.

 

 

El hielo cruje bajo los pies, que hacen equilibrio sobre los crampones metálicos aferrados a las zapatillas de trekking. Entre cuevas, grietas y lagunas turquesas, los pensamientos se disparan e imaginan antiguas expediciones en los polos y… La voz del guía trae de regreso a la fría realidad: más de una hora de caminata sobre el glaciar Perito Moreno, en Santa Cruz.

“Acá se depura el alma”, alienta Esteban, que hace esta excursión dos veces por día, pero explica con paciencia cómo subir o bajar por el suelo escarpado.

Durante el minitrekking de Hielo & Aventura hay que prestar atención, caminar en fila, usar guantes para las astillas de hielo y dejar las fotos para las paradas grupales. Por suerte, esta mañana no hay rastros del “innombrable”, como le dicen al viento en estas latitudes patagónicas porque cuando empieza a soplar no se sabe cuándo se va y resulta molesto.

 

Minitrekking sobre el glaciar Perito Moreno, en Santa Cruz. Foto DP

 

Como todas las excursiones en El Calafate, esta también comienza con la búsqueda de los pasajeros en la ciudad ubicada a 80 km del Parque Nacional Los Glaciares.

Una vez que se llega al puerto Bajo de las Sombras, se embarca durante unos 20 minutos para cruzar el Lago Rico y llegar a la imponente cara sur del Perito Moreno. Un grupo de guías de montaña conducen al grupo a un refugio con lockers donde los viajeros dejan las mochilas, se les brinda la información necesaria y ¡comienza el trekking!

En todo momento, se van matizando los conceptos de glaciología, las charlas de seguridad y los consejos prácticos.

Con las tonalidades azules del hielo, la tierra y los sedimentos que conforman el paisaje, se organizan los grupos con cascos y crampones al llegar al borde del glaciar, que comienzan a caminar en este terreno helado, de dificultad media y declarado Patrimonio de la Humanidad.

La superficie del hielo es irregular pero es firme y segura, y durante la caminata, se aprecian varias de las formaciones típicas de un glaciar, desde grietas profundas, sumideros (pozos circulares que se agrandan y profundizan por la acción del agua que se escurre) hasta arroyos y seracs enormes (grietas que se presentan como una entrecortada y caótica acumulación de muros de hielo). También se hacen altos en miradores a las montañas y el Lago Argentino.

El recorrido termina con el clásico brindis: se sirve whisky con hielo del glaciar (previamente, se junta en un bol con un pico) y un chocolate.

Entonces, ya con los pies sobre la tierra, se atraviesa un bosque andino patagónico a través de senderos de madera hasta llegar al refugio, almorzar la propia vianda y tomar un café.

Desde allí, se vuelve a tomar la embarcación y se recorren las pasarelas del Parque Nacional antes de volver al punto de partida en El Calafate. En caso de que los turistas elijan ir por sus propios medios, el minitrekking dura 4 horas y media aproximadamente, con salida y llegada al Puerto.

 

Tierra de glaciares

Declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1981 y con 726.927 hectáreas, Los Glaciares es el más grande de los parques nacionales argentinos y preserva un área de hielos continentales y glaciares, con bosque andino-patagónico austral y algunos sectores de estepa patagónica.

 

Precisamente, en el camino desde El Calafate hasta el Perito Moreno, en los primeros 40 km se recorre la inmensidad de estepa y hasta se ven grupos de guanacos. Y al ir llegando al Parque ya se observa la vegetación arbórea y cambia la temperatura.

Al ingresar y observar los carteles para decidir por cuál de los circuitos empezar a caminar, lo primero que se explica es que el Lago Argentino es el más austral de los grandes lagos de la Patagonia argentina.

Con casi 1500 km² y una profundidad de varios cientos de metros (un sector supera los 700 metros), el espejo de agua tiene brazos que se adentran en la Cordillera y en ellos descargan glaciares afluentes del hielo patagónico sur. Esos glaciares desprenden témpanos que luego derivan hacia el cuerpo principal del lago, en la zona árida de la estepa y las mesetas.

Hay cuatro circuitos en el Parque Nacional, diferenciados por colores: el Central (amarillo) tiene una complejidad baja, se extiende 600 metros y recorrerlo lleva 1 hora; el Inferior (rojo) abarca 1.100 metros, es de dificultad más alta y demanda 1 hora 15; el Del Bosque (verde), complejidad media, se recorre en 45 minutos y mide 570 metros; el De la Costa (azul), media y es el más largo con 1.117 metros y caminata de 1 hora 30.

Cada uno elige si recorre alguno de los senderos por las pasarelas escalonadas, con barandas de madera y suelo metálico. O todos. Se escuchan los pasos propios, voces lejanas y suaves (nadie grita en un destino contemplativo, donde la gente se sienta a tomar mate y mirar el hielo) y unas explosiones que no se sabe si parecen truenos o dinamita. Son los desprendimientos continuos del glaciar, que caen al agua con estruendo.

¿Por qué este glaciar es tan famoso? La pregunta de los guías encuentra tres motivos relacionados entre sí: el Perito Moreno adquiere relevancia turística por su fácil acceso, su cercanía y accesibilidad; por su estabilidad, equilibrio; y porque es el protagonista de un fenómeno natural que se llama ruptura.

Frente a la Península de Magallanes, el glaciar tiene el Brazo Rico de un lado y el Canal de los Témpanos del otro. Según les explican a los viajeros, se encuentra en movimiento y muchas veces se sube a la península y se convierte en una barrera natural. Al subir el nivel del agua durante varios meses, genera una filtración que se convierte en el famoso arco.

 

El Parque Nacional Los Glaciares tiene varios circuitos. Foto DP

 

En el Parque Nacional Los Glaciares, el paisaje se completa con la presencia de lagunas y ríos de deshielo, lagos y cerros imponentes como el Chaltén o Fitz Roy y el Torre. Mientras el glaciar Perito Moreno tiene una longitud cercana a los 30 km y un frente de 4 a 5 km sobre el brazo sur Lago Argentino, el cerro Chaltén mide 3.405 metros y es un destino buscado por escaladores del mundo.

En los bosques se destacan la lenga, el ñire y el guindo. A medida que se desciende de los cordones montañosos se hallan el calafate (arbusto espinoso cuyas flores despiden un intenso aroma) y el notro (sus llamativas flores rojas son visitadas por el picaflor rubí e insectos). A su vez, hacia el este del Parque se encuentra la estepa patagónica con sus característicos pastizales y arbustos espinosos.

Entre las aves se destacan el cóndor andino, el águila mora, el carpintero gigante, el pitío y el pato de los torrentes; y entre los mamíferos, el zorro colorado y el puma. Además, se destaca el emblemático huemul, un ciervo que tiene en este lugar su población más austral, es una especie considerada en peligro de extinción y declarada Monumento Natural Nacional en 1996.

Sin dudas, de toda la información absorbida en la última jornada, quizás este es el dato más sorprendente: la superficie del glaciar tiene 254 km², por lo que es más grande que la Ciudad de Buenos Aires. Pasan las horas y cuesta asimilarlo.

 

La entrada y el servicio de combis gratis de Glaciarium. Foto DP

 

La era del hielo

Un buen lugar para entender mejor los paisajes impactantes recorridos es Glaciarium. Vale la pena dedicarle medio día a conocer este centro cultural y científico donde se divulgan las últimas investigaciones sobre los glaciares y su entorno. A unos 6 km de El Calafate, hay traslados gratisque salen regularmente desde el centro de la ciudad.

Dentro de sus espacios cuenta con áreas temáticas y exhibiciones audiovisuales, como también con una muestra permanente dedicada al cambio climático.

“Es el primer centro de interpretación de glaciares de América del Sur inspirado en una de las más fascinantes expresiones que pueda ofrecer la naturaleza: el hielo”.

 

El museo Glaciarium ofrece traslado gratuito desde El Calafate. Foto DP

 

Con este cartel el museo les da la bienvenida a los visitantes, que comienzan a recorrer las distintas salas de interpretación, que explican la anatomía de un glaciar, por qué el hielo es azul, qué es un témpano, la distribución mundial de los glaciares… Hay paneles acerca de la formación del hielo, la historia de los exploradores y científicos, fotografías y una gran maqueta sobre el Campo de Hielo Patagónico Sur.

Además, se destacan el área en homenaje Francisco P. Moreno, el sector dedicado al Glaciar Perito Moreno y su comportamiento, pantallas interactivas que permiten visualizar los 54 años de retroceso del Upsala, un documental en el auditorio y un túnel con proyecciones que alertan sobre el calentamiento global.

Si los visitantes cuentan con tiempo, vale la pena hacer una visita guiada en Glaciarium. Como cierre del recorrido, quedan sonando las palabras del filósofo y naturalista estadounidense Henry David Thoreau, “…ni un solo copo de nieve escapa a la mano modeladora de la naturaleza”.

 

El barco María Turquesa navega entre icebergs y glaciares. Foto Cruceros Marpatag

 

Un día de navegación

“Es la excursión más completa y, gracias a una embarcación rápida y cómoda, podemos llegar a ver más de 10 glaciares en un solo día: el Upsala y los tributarios, Spegazzini, Peineta, Heim, Seco, Mayo, Perito Moreno…”, afirma Pablo Quinteros, guía del Parque Nacional Los Glaciares, a bordo de la nave María Turquesa de la empresa de cruceros Marpatag.

El tour de día completo comienza desde que se deja atrás El Calafate y se atraviesa la estepa infinita, con rumbo a Punta Bandera. Luego de que los visitantes paguen aparte la entrada al Parque Nacional Los Glaciares (siempre es así en las excursiones), suben a bordo del barco que recorrerá el Lago Argentino.

 

Menú de 4 pasos a bordo de la navegación de Marpatag. Foto DP

 

La empresa ofrece también un servicio Premium, con infusiones y bebidas no alcohólicas durante todo el recorrido, un balcón exclusivo para observar los glaciares, el acceso al puente de mando y el almuerzo de cuatro pasos con vinos y café.

Para deleite de los comensales israelíes, austríacos, mexicanos, australianos y estadounidenses, entre otras nacionalidades, el menú incluye un delicioso cordero patagónico.

Entre icebergs blancos y azulados, la navegación por el Lago Argentino abarca un recorrido por el Brazo Norte, pasar a pocos metros del imponente glaciar Spegazzini, con paredes de 1,3 km de ancho, 17 de largo y una superficie aproximada de 134 km2.

El frente de este glaciar permaneció estable entre 1968 y 2010, y en el sector sur del frente retrocedió solo 150 metros. El Spegazzini se encuentra apoyado sobre el fondo del lago, que en esta zona tiene unos 150 metros, y se caracteriza por una pared alta de 135 metros de alto que desprende témpanos de fascinantes formas y colores.

Un clásico: los pasajeros se sacan fotos como si estuvieran sosteniendo el altísimo muro de hielo.

 

El glaciar Spegazzini, con sus altas paredes. Foto Shutterstock

 

Muy distinto es el caso del Upsala, que se ve de lejos en forma panorámica y que ha perdido 49 km2 en 24 años, alcanzando los 847 km2 en 2010.

Cuando los pasajeros desembarcan en el Puesto de Las Vacas realizan una caminata de unos 45 minutos para conocer la historia de las estancias, la cría de ovejas, la producción de lana y cómo se pobló la Patagonia. Y cómo en esta zona de Cordillera algunas personas trajeron vacas, quedaron sueltas en el lugar y están tratando de erradicarlas. Este puesto está abandonado desde 1996, y su último habitante fue el finlandés Harry Hilden.

De regreso a la nave María Turquesa -que tiene guías bilingües, sanitarios, calefacción central y juegos para chicos-, el guía explica que hemos navegado por el Canal de los Témpanos del Lago Argentino hacia la pared norte del Glaciar Perito Moreno.

“A veces, este glaciar forma un dique de hielo que no deja pasar el agua del Brazo Rico en dirección al Canal de los Témpanos, crece el nivel del agua y se inicia una ruptura hasta que se nivelen ambas partes del lago”.

El guía Pablo Quinteros presenció la ruptura de 2004, pero recuerda que en 2006 ocurrió de noche, en 2008 por la mañana y no llegaron a verlo muchas personas, en 2012 tampoco tuvo testigos porque el fenómeno se dio a la madrugada…

Las últimas veces fueron en 2016 y en 2018, que fue la última vez. “Igual en esos días uno va observando todo el proceso”, acota antes de contar que el lago no se congela y se puede navegar durante todo el año y antes de explicarle a una turista francesa qué es lo que están tomando varios pasajeros: “Mate”.

 

Cena en la cueva

“Las barrancas verticales están cubiertas de signos trazados por la mano del hombre… hasta este Lago Argentino y que las figuras pintadas que copio de las paredes abruptas y verticales de punta Walicho, nombre que he dado a este promontorio”.

El fragmento de Viaje de la Patagonia Austral, de Francisco P. Moreno en 1876 cobra gran relevancia en una de las excursiones de Nativo Experience a las Cuevas de Walicho. Se trata de una travesía en 4×4 a orillas del Lago Argentino, con vistas panorámicas, y recorrido por un sitio arqueológico con arte rupestre con más de 4 mil años de antigüedad. Entonces se sirve el almuerzo o la cena, según el horario contratado.

 

Travesía en 4×4 a Cuevas de Walicho. Foto DP

 

“Muy altos y corpulentos, los tehuelches o patagones -como los llama Magallanes- eran nómades y cazaban guanacos con boleadoras. Estos animales les servían como alimento, vestimenta y herramientas. Esta es una reproducción de su casa (Kau)”. El guía Pol señala un toldo de ramas cubierto con piel de guanaco, fácil de transportar.

Entonces, el grupo avanza hasta un panel de figuras antropomorfas pintadas en tonos rojizos sobre las rocas amarillentas. Se ven hombres, manos y otros objetos que quedaron plasmados con óxido de hierro, su propia orina y tuétano del guanaco.

Durante el ocaso tardío, el viento sopla con fuerza: el oleaje turquesa del Lago Argentino recuerda al mar, los visitantes se abrigan con ponchos y los organizadores sirven la cena en una cueva contigua.

 

Cordero en pan de campo, la cena en una cueva. Foto DP

 

Sopa de calabaza, cazuela de cordero en pan de campo y mouse de chocolat, con bebidas. Una experiencia inolvidable.

Se recomienda guardar un día para disfrutar de las calles de la ciudad, comprando productos regionales en los comercios (dulce de calafate, licor, chocolates, alfajores) y disfrutando de la gastronomía de El Calafate, desde el tradicional cordero hasta la trucha y el guanaco, además del helado de calafate y los postres más variados.

Además, se puede visitar la cercana Reserva Laguna Nimez, a orillas del Lago Argentino. Es un humedal que alberga variedad de flora y casi un centenar de aves acuáticas, terrestres, rapaces, playeras y migratorias.

Con atención al visitante y folletería, esta Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA) ofrece un sendero interpretativo y autoguiado de 3 km de fácil recorrido, con miradores y observatorios de especies.

Dice la leyenda que quien coma los frutos del calafate regresará a la Patagonia. Ojalá sea verdad.

 

MINIGUÍA

Cómo llegar. Por Aerolíneas Argentinas, el vuelo hasta El Calafate cuesta $ 29.000 pesos con impuestos. También vuelan Flybondi y JetSmart. En el aeropuerto hay servicios de transportes compartidos y particulares para llegar a la ciudad.

Dónde alojarse. La habitación doble en un hotel cuesta desde $ 13.000 y hay una gran variedad de opciones, incluyendo el hostel.

Excursiones y paseos. -Navegación de día completo de Marpatag: opción Classic con almuerzo, $ 39.500. La excursión Glaciares Gourmet, $ 75.000, con el adicional Premium de $35.500. Menores de 5 a 15 años, 50% de descuento. Traslados, $ 7.000. Se navega el Lago Argentino, cerca de los glaciares Spegazzini, Upsala, Mayo, Seco, Heim y Peineta, entre otros. Por el Canal de Los Témpanos se llega a la pared norte del Perito Moreno. Desembarque y caminata en Puesto de Las Vacas. El barco tiene sala de juegos, sanitarios y calefacción. El servicio Premium incluye un balcón externo exclusivo para ver glaciares, acceso al puente de mando, infusiones, bebidas y menú de 4 pasos con sabores típicos como cordero patagónico (crucerosmarpatag.com; +549 2966 725682).

-Mini Trekking sobre el glaciar Perito Moreno con navegación. Para personas de 8 a 65 años. Llevar una vianda para almorzar, ropa impermeable y abrigada, zapatos de trekking, anteojos de sol, protector solar y guantes. Cuesta $ 42.000 y traslados $ 7.000 (www.hieloyaventura.com; +549 2966-722215).

-Cuevas de Walicho: Patagonia Profunda en 4×4, sitio arqueológico y almuerzo/cena en cueva, $ 19.000 (www.patagoniaprofunda.com; +549 2902 403005).

-Entrada a Glaciarium, $ 3.500 con descuentos para jubilados y menores. Traslado gratis desde El Calafate (www. glaciarium.com).

-Entrada al Parque Nacional Los Glaciares: turistas nacionales, $ 1.500; menores de 6 a 16 años, $ 750; extranjeros, $ 5.500. Jubilados, pensionados y personas con capacidad reducida, gratis.

 

Dónde informarse:

elcalafate.tur.ar

info@elcalafate.tur.ar

info.elcalafate.redes@gmail.com

Facebook / Instagram: @elcalafatetierradeglaciares

 

 

FUENTE : CLARIN