Tragedia en Blaquier: qué pasó en el pozo y cuál fue el gas que intoxicó a los seis fallecidos
El operario Ricardo Bottega bajó 12 metros para reparar una bomba cloacal y murió asfixiado. Los otros cinco vecinos que fueron en su rescate también perdieron la vida
La localidad bonaerense de Blaquier continúa conmocionada y envuelta en una profunda tristeza luego de que seis personas murieran asfixiadas tras el accidente de un operario en un pozo de bombeo de 12 metros de profundidad y el frustrado intento por rescatarlo.
La causa de los decesos fue “asfixia mecánica por broncoaspiración”, informaron desde la Municipalidad de Ameghino tras las autopsias hechas a los cuerpos por la Policía Científica del Departamento Judicial de Junín.
Los investigadores aseguran que los fallecimientos se produjeron por la fuerte presencia de gas metano dentro del pozo, proveniente del sistema cloacal. Lo que aún no pudieron determinar es la cantidad que inhaló cada uno.
Además, consideran que es muy probable que el operario Ricardo Bottega haya cometido algún error humano, como no hacer una tarea preventiva antes abrir las tapas; sumado a la realización de ese trabajo sin los equipos específicos.
Se supo que el hombre ingresó sin máscara de protección ante alrededor de 70 centímetros de aguas servidas y frente a los gases que emana el líquido condensado. Poco después comenzó a sentirse mal y no pudo salir a la superficie. Los demás trataron de rescatarlo y murieron en el intento.
Igualmente resta determinar si existió algún desperfecto adicional que haya desencadenado la tragedia.
El trágico suceso
Seis personas murieron asfixiadas el viernes pasado luego de un frustrado intento de rescate de un operario que trabajaba en un pozo de bombeo de 12 metros de profundidad, perteneciente al cuerpo de Bomberos Voluntarios del lugar.
El cruento hecho comenzó cuando Ricardo Bottega -un conocido bombista de 60 años, oriundo de Ameghino- fue contratado por el municipio local para realizar tareas de mantenimiento rutinario en el sistema de red cloacal, arreglar una bomba, en un sitio conocido -por su forma- como “el cigarro”.
Allí, el hombre ingresó para realizar sus labores pero con un detalle fatal: sin máscara de protección ante alrededor de 70 centímetros de aguas servidas y frente a los gases que emana el líquido condensado. Ante este panorama, el hombre comenzó a sentirse mal y no pudo salir a la superficie.
En un comunicado oficial emitido por la Municipalidad de Florentino Ameghino se expresó que “frente al pedido de auxilio efectuado por el responsable de las cloacas, Ezequiel Rodríguez, se acercan vecinos con la intención de colaborar en el rescate”. Junto a Bottega había dos personas que lo asistieron y pudieron salir del pozo para pedir auxilio, ellos salieron mareados -bajo los efectos de los gases cloacales- y pudieron alertar a los vecinos. Están fuera de peligro, aunque permanecen internados en el Hospital Municipal de Ameghino.
Por el llamado de socorro, llegaron Carlos Renger, bombero voluntario de 39 años; Alejandro Centeno (36); Mateo Pellegrino, otro bombero de 27 años; Juan Ramón Sánchez (50); y Nicolás Sánchez, (28) hijo de Ramón. Sin embargo, “a medida que descendían con esa finalidad sufrieron las consecuencias, presumiblemente, asociadas a la inhalación de gases concentrados”, destacaron fuentes oficiales. Y fallecieron los cinco.
Qué es el gas metano y sus consecuencias en la salud
El metano, componente principal del gas natural o biogás, es un gas incoloro y altamente inflamable.
Es uno de los principales gases existentes en las plantas de tratamiento de aguas residuales junto con el sulfuro de hidrógeno y dióxido de carbono.
La exposición elevada a este gas puede ocasionar dificultades para hablar, problemas de visión y pérdida de memoria en las personas. Incluso, la acumulación de estos gases puede provocar la muerte por falta de oxígeno o, en algunos casos, la explosión cuando se une a una fuente de ignición.
El metano se produce por la descomposición o putrefacción de la materia orgánica y puede introducirse en la atmósfera tanto por procesos naturales, como la descomposición de la materia en los pantanos, las filtraciones de gas de los depósitos del subsuelo o la digestión del alimento del ganado, o por actividades humanas, como la producción de lubricantes y gas, el cultivo de arroz o la gestión de los residuos.
Quiénes eran las víctimas fatales
Bottega tenía 60 años, tres hijos y seis nietos. Le decían “Duende”. Era oriundo de Florentino Ameghino y se dedicaba a realizar este tipo de tareas de mantenimiento. También era músico. Se destacaba tocando el acordeón, tenía una radio en su casa y lo contrataban para animar eventos.
Las otras cinco víctimas eran vecinos de Blaquier. El más joven era Mateo Pellegrino, quien tenía 27 años y se graduó de médico veterinario en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa. Oriundo de Lincoln, a 120 kilómetros de Blaquier, le gustaba el fútbol: era hincha de Independiente y jugó en el Club Social y Deportivo Blaquier. Algunos lo llamaban “Gringo”.
El suboficial de Bomberos Voluntarios Juan Ramón Sánchez (50) y su hijo, el cabo Juan Nicolás Sánchez (28), también perdieron la vida.
El primero era aficionado al automovilismo y también jugó al fútbol, como arquero en la Liga de General Villegas. El menor de los Sánchez era conocido como “Juani” o “El Flaco”. Tenía una hija de apenas un año y, al igual que su padre y que Pellegrino, también le gustaba mucho el fútbol: en su caso, jugó en Deportivo Ameghino y en Deportivo Blaquier.
Los otros dos bomberos que fallecieron al querer rescatar a Bottega fueron Carlos Renger, de 39 años, y Alejandro Centeno, de 36.
FUENTE: INFOBAE