En los primeros cuatro meses del año, los jubilados que cobran la mínima soportaron una pérdida del 24 por ciento real en sus haberes, y el resto del 37 por ciento.
El poder adquisitivo de las jubilaciones está en un piso muy bajo, y posiblemente se mantenga por debajo de los niveles de 2023 en lo que resta del año. Así lo afirmó el último trabajo del economista Nadin Argañaraz, que advirtió que si la inflación en mayo se ubicase en torno al 7,8 por ciento, el poder adquisitivo de las jubilaciones podría registrar un piso en febrero de 2024. Además, si la inflación siguiese descendiendo, se consolidaría un cambio de tendencia pero es clave lo que se haga con el bono de 70.000 a partir de junio. Dado que un tercio del recorte real del gasto en el primer trimestre del año se basó en las jubilaciones, será difícil que el Gobierno se vea inducido a aumentar el valor del bono.
En los primeros cuatro meses del año, los jubilados que cobran la mínima soportaron una pérdida del 24 por ciento real en sus haberes, y el resto del 37 por ciento. Los datos surgen de un nuevo trabajo del economista Nadin Argañaraz, que además proyecta cuánto serán los haberes en mayo, dado que ya se conoce el índice de inflación de marzo (un 11 por ciento según Indec) que aplicará el Gobierno siguiendo la nueva fórmula de actualización. Así, para quienes no cobren la mínima el aumento nominal en mayo será del 11 por ciento mientras que para las y los beneficiarios con haberes mínimos el monto subirá algo menos (un 7,8 por ciento estimado) porque el valor del bono de 70.000 pesos se mantuvo tanto en abril como en mayo.
Con una inflación esperada en el orden del 7,5 por ciento para abril, el poder adquisitivo de quien no cobre la mínima subirá un 3,3 por ciento real respecto a abril, mientras que para quienes cobren la mínima se mantendría el poder de compra prácticamente estable.
Así, en los primeros cinco meses del año, el jubilado que cobra la mínima terminaría perdiendo 21,7 por ciento del ingreso real, mientras que quien no cobra la mínima perdería 33,9 por ciento en ese período respecto a igual lapso de 2023. Es decir, se recorta levemente la pérdida estimada desde principios de año.
Más aún, si la inflación mensual sigue bajando, febrero podría erigirse como el mes piso del poder adquisitivo de las jubilaciones. Igualmente, las jubilaciones podrán seguir mejorando pero dado el piso bajo del que se parte, siempre estarán por debajo de los niveles mensuales de 2023, mostró el economista.
De todos modos, para el caso de los jubilados con la mínima, esa situación dependerá de lo que suceda con el bono a partir de junio, sostuvo Argañaraz. Si el valor del bono se mantuviera en 70.000 pesos durante junio y la inflación subiera levemente (9 por ciento en abril estimado), entonces se requerirá que la inflación en junio sea menor a 6,5 por ciento para que el poder adquisitivo no baje respecto a mayo. El mismo ejercicio para un bono de 75.000 pesos permite que la inflación ascienda a 8,4 por ciento en el sexto mes del año.
En el caso de los jubilados que no cobran bono, mientras la inflación de junio sea igual o menor al 9 por ciento, su poder adquisitivo se mantendría, mostró el especialista.
Por último advierte la importancia de la discusión de un nueva fórmula de movilidad previsional en el Congreso de la Nación, “en esencia se está discutiendo el nivel del piso de febrero”, sostiene. Si la inflación siguiese bajando, febrero sería el mes de menor poder adquisitivo, como mostró, pero si hubiese un aumento de la jubilación de febrero a causa de una nueva fórmula, “el jubilado perdería menos en el acumulado del año respecto a 2023”.
La otra cara de esta discusión es el nivel de gasto público que el Gobierno está dispuesto a ceder para compensar a las y los jubilados, teniendo presente que alrededor de la tercera parte de la reducción de gasto público en el primer trimestre del año se originó en el recorte real del gasto previsional, según mostró Argañaraz en anteriores informes. Así, una suba del piso de febrero implicaría un mayor nivel de gasto en 2024, es decir un menor recorte respecto a 2023. Ese es el conflicto de objetivos que está planteado en el Congreso entre oficialismo y oposición, resumió el especialista. El próximo miércoles 15 de mayo se debatirá en plenario de comisiones en Diputados los cuatro despachos sobre la fórmula de movilidad jubilatoria que propusieron los legisladores.
Fuente: Página 12
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