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Luciano
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PAGÁ SIN SOLTAR LA TARJETA

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PAGÁ SIN SOLTAR LA TARJETA

Ya está prohibido que el cliente entregue la tarjeta en los comercios, pero un problema dificulta los pagos

 

Hay lugares en los que la tecnología no permite poner el posnet a disposición del comprador. En otros, el hábito de los comerciantes y consumidores todavía no ha puesto en práctica la medida.

 

 

Este jueves entró en vigencia la resolución de la Secretaría de Comercio que ordena a los negocios que acerquen al cliente las terminales para pagos electrónicos, conocidas como “posnet”, de manera tal que el usuario nunca pierda de vista su tarjeta de crédito o débito durante la transacción. La medida es obligatoria para todos los comercios del país, pero ¿qué sucede en la práctica? ¿Por qué hay comercios que no se adaptan a la nueva modalidad?

En un recorrido por las calles de la Ciudad de Buenos Aires para evaluar si los comercios están acatando la medida, fue notorio que algunos negocios parecen no tener consistencia en su cumplimiento. En casos como éste parece más bien una cuestión de hábito. En un café de avenida Santa Fe, varios clientes entregaron su DNI y tarjeta, lo que ya está prohibido, mientras que otros recibieron el posnet inalámbrico. En una farmacia cercana, una pantalla de plástico en el mostrador dificultaba que el cliente utilizara el posnet.

Cecilia Arrillaga (53) fue a comprar a una papelería y cuenta que le retiraron la tarjeta detrás del mostrador y que no estaba al tanto de la nueva medida. “Conozco mucha gente que ha sido víctima de fraude. Hace poco una amiga fue a comer a un restaurante y comenzaron a aparecerle muchos gastos, entonces recordó que le habían quitado la tarjeta por un tiempo”. A los trámites que tuvo que hacer después de lo que le ocurrió los describió como un “auténtico dolor de cabeza”.

Los trabajadores de la papelería afirmaron estar al tanto de la medida, pero que no pueden implementarla porque su posnet está averiado y no suele reconocer pagos “sin contacto”.

Aunque muchos locales ya ofrecen la posibilidad de llevar el posnet hasta la mesa u ofrecerlo en el mostrador, a casi nadie le llama la atención que, al pedir la cuenta, el mozo se lleve el DNI y la tarjeta del cliente a la caja. Sin embargo, a partir de la nueva norma que se publicó en Boletín Oficial (Resolución 87/2024), que lleva la firma del titular de la Secretaría de Comercio, Pablo Lavigne, esta dinámica tenía que cambiar.

La misma determina que los establecimientos comerciales que hagan transacciones con tarjeta de crédito, compra o débito y operen con terminales electrónicas para el pago de las operaciones realizadas “deberán poner a disposición del consumidor las mismas de modo tal que, en ningún momento, pierda el control o quede desapoderado de su tarjeta, ni aun momentáneamente, hasta la completa finalización de la operación”, establece la normativa en su Artículo 1°.

Ahora el negocio, al momento de cobrar, debe acercar la terminal de cobro a la mesa o al mostrador si es una comprar en un local. El objetivo es evitar que el dueño de la tarjeta la pierda de vista y que ocurra un robo de datos. Hay incontables denuncias sobre casos en los que, con una simple fotografía de las tarjetas y el documento, se cometieron estafas o compras en línea no autorizadas.

En Barracas, Irma Gladys Chotro (65), jubilada, le contó a Clarín que hace tres años fue víctima de un fraude en un PagoFácil. “Cuando pasé la tarjeta, me dijeron que justo se había caído el sistema. Me sacaron 7.000 pesos”.

Los criminales tomaron los datos de Chotro y le dijeron que para recuperar el dinero debía entregarles el PIN y el CBU. “Preferí no darles la información. Perdí el dinero, en aquel momento 7 mil pesos era plata. Me dio pena, porque soy jubilada y todo cuenta, aseguró.

Esta nueva normativa que ya está vigente tiene como antecedente la experiencia en las provincias de Río Negro, Neuquén y La Pampa, donde ya habían realizado una prueba piloto y los comerciantes no podían manipular las tarjetas de sus clientes. Cabe recordar que cuando la medida fue dispuesta en el mes de marzo los negocios habían tenido un plazo de 180 días para adecuarse a la nueva normativa.

 

 

FUENTE: CLARIN