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Luciano
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BELLONI VS CRISTINA

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BELLONI VS CRISTINA

La interna del Partido Justicialista (PJ) está al rojo vivo y, como en todo escenario político argentino, las movidas son tan rápidas como calculadas. En medio de este complejo tablero, el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, ha dejado claro su apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, mientras que en su propia tierra, el bloque legislativo que responde al kirchnerismo está siendo desmantelado, pero no por la oposición tradicional, sino por actores dentro del propio peronismo.

Grasso ha tomado una postura pública, bancando abiertamente a Cristina en medio de la disputa interna del PJ. Pero su proclama no ha sido suficiente para evitar que su imagen sea atacada en varios frentes, particularmente por los “rosqueros de café” que, con cero votos, intentan posicionarse a la sombra de Vidal.
A estos operadores políticos no les tiembla la mano a la hora de señalar a Grasso como un supuesto responsable de la pérdida de poder kirchnerista en la provincia.

Sin embargo, la realidad política indica otra cosa: los legisladores que están siendo desplazados no son de Grasso, sino del kirchnerismo. El que está perdiendo soldados en Santa Cruz es el propio espacio de Cristina Kirchner, no el de Grasso. Mientras Grasso se mantiene firme en su apoyo a la ex presidenta, los movimientos internos de otros referentes del PJ, como el intendente de El Calafate, Javier Belloni, están socavando el bloque kirchnerista en la legislatura provincial.

Belloni, que ha sabido construir poder en silencio y con cautela, logró mover piezas claves, arrebatándole a Cristina Kirchner un diputado en la legislatura santacruceña. Una jugada que, lejos de ser un golpe a Grasso, debilita directamente a la principal referente del espacio en su propia provincia. De la misma manera, el alejamiento de Daniel Peralta de la presidencia de la legislatura es otra señal de cómo los referentes locales empiezan a tomar distancia del núcleo duro kirchnerista, mientras las tensiones internas se agravan.

Este escenario plantea una pregunta crucial: ¿por qué los ataques se concentran en Grasso cuando las verdaderas consecuencias políticas recaen sobre Cristina? En definitiva, el bloque legislativo no es de Grasso, sino del kirchnerismo. Las decisiones que debilitan la estructura política en Santa Cruz responden a movimientos de otros actores del PJ que, con más autonomía y pragmatismo, han comenzado a marcar su propio rumbo.

Peralta dejó la presidencia de la legislatura, Belloni movió su ficha y sacó a su propio diputado, y en todos estos movimientos quien debe responder es Cristina, no Grasso. El armado político que se está desmoronando es el de la ex presidenta, mientras que el intendente de Río Gallegos sigue firme en proyecto, aunque asediado por las críticas de quienes buscan un culpable fácil.

En este contexto, el desgaste no lo sufre Grasso, sino Cristina, que ve cómo en su propia provincia el poder se le va de las manos a manos de los suyos. Belloni, con su jugada, le ha sacado legisladores; Peralta también ha tomado distancia. Y, mientras tanto, el bloque kirchnerista en la legislatura de Santa Cruz sigue resquebrajándose. Grasso sigue siendo un aliado de Cristina, pero la verdadera pregunta es: ¿qué hará el kirchnerismo para contener esta fuga interna?

La política, como siempre, no se mide solo en lealtades públicas, sino en resultados concretos, y en este caso, las piezas se están moviendo en contra de Cristina, no de Grasso.