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Gobernar para la tribuna, improvisar para la historia

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Gobernar para la tribuna, improvisar para la historia

El fallecimiento de Jorge Soloaga,  comisionado de Cañadón Seco y figura histórica del peronismo santacruceño, no solo marca el final de una etapa en la política local, sino que expone con crudeza la falta de previsión del gobierno provincial tras la derogación de la Ley de Lemas. La administración de Claudio Vidal eliminó ese sistema electoral a fines del año pasado, sin establecer aún un nuevo mecanismo que permita resolver situaciones institucionales como la que ahora se presenta.

Soloaga había sido reelecto en 2023 como jefe comunal bajo el esquema de sublemas, y su fallecimiento plantea una incógnita legal y política: ¿cómo se reemplaza hoy a una autoridad electa bajo un sistema que ya no existe? La provincia no cuenta con una ley electoral actualizada para comisiones de fomento, y esa omisión genera un limbo jurídico que podría escalar.

“El Estado provincial se enfrenta a una situación de gravedad institucional que era absolutamente previsible y evitable si se hubiera trabajado con la seriedad que amerita el tema y no para la tapa de los diarios. Al derogar el sistema electoral anterior sin establecer uno nuevo, se dejó a las comisiones de fomento y los Municipios en el aire jurídico”, advirtió el abogado Gonzalo Chute. “Hoy no hay un procedimiento legal para designar a un nuevo comisionado en Cañadón Seco, ni para convocar a elecciones complementarias como lo indica el Articulo 84 de la Ley 55. Mas grave aún: No sabemos ni siquiera cómo se va a elegir Gobernador, Intendentes, Concejales y Diputados en el 2.027. Es una muestra de improvisación legislativa que impide el funcionamiento de las instituciones y nos pone en un estado de excepción por fuera de la Constitución Provincial”, agregó.

La declaración pone en palabras lo que en la política local ya se comenta con preocupación: la falta de herramientas normativas concretas para resolver situaciones institucionales básicas.

En lugar de anticiparse a escenarios como este, el oficialismo provincial apuró la derogación del sistema sin dejar listo un esquema alternativo. Ni en la Legislatura ni en el Poder Ejecutivo se vislumbra, por ahora, una respuesta clara. Mientras tanto, Cañadón Seco —una de las comunas con más peso político e histórico de la zona norte— queda acéfala y sin reglas claras para resolver la sucesión.

La situación expone una vez más los efectos de legislar por impulso y sin planificación, y deja en evidencia una fragilidad institucional que no se resuelve con discursos. La necesidad de una reforma política integral, seria y consensuada, vuelve a quedar en evidencia. Esta vez, con un caso concreto, real y urgente.