
Santa Cruz afronta una grave crisis pediátrica por falta de pagos al personal médico
El hospital de Río Gallegos, único centro de internación infantil de la región, suspende la atención programada mientras profesionales denuncian sueldos adeudados desde marzo
La provincia argentina de Santa Cruz enfrenta una nueva emergencia sanitaria. Desde el pasado lunes, el hospital local ha restringido su atención pediátrica exclusivamente a casos de urgencia debido a la falta de personal, en medio de una situación marcada por retrasos salariales de más de tres meses a las médicas contratadas.
El conflicto comenzó con demoras que inicialmente parecían administrativamente tolerables. El contrato con la empresa prestadora preveía pagos diferidos “de uno o dos meses”, pero los honorarios correspondientes a marzo, abril, mayo e incluso junio siguen sin abonarse. La responsable de la firma ha señalado que, pese a haber reclamado formalmente, no ha recibido respuesta alguna de las autoridades sanitarias ni del área de Economía.
“Nos encontramos con una situación inédita: sin personal suficiente y con profesionales que, tras meses de impago, no pueden continuar desempeñando sus funciones”, expresó una de las médicas afectadas. El clima entre el equipo sanitario es de desánimo y agotamiento. Según relataron, han debido doblar turnos, asumir guardias múltiples y, en algunos casos, postergar tareas administrativas o legales para poder cubrir las necesidades mínimas del servicio.
El pasado 18 de junio, en una reunión interna del área de pediatría, se reconoció formalmente que la atención programada quedaba suspendida. Las intervenciones quirúrgicas y consultas no urgentes están siendo postergadas, lo que impacta directamente sobre el conjunto de la población infantil, especialmente en zonas donde este hospital representa el único acceso posible a cuidados complejos.
Silencio oficial y consecuencias políticas
La falta de respuesta institucional ha generado un creciente malestar dentro del sistema de salud provincial. Los profesionales no logran esclarecer si los fondos permanecen retenidos en el Ministerio de Salud, en el área de Economía o en la dirección hospitalaria. Mientras tanto, las tensiones se trasladan al plano político, con acusaciones de abandono y descoordinación entre organismos.
La situación se agrava por el carácter estratégico de este centro médico: es el único habilitado para internaciones pediátricas en la región, lo que convierte la actual suspensión de actividades en un factor de riesgo sanitario.
“El problema no es solo presupuestario. Es estructural y político”, advirtió una fuente del hospital. “Estamos en un escenario donde los profesionales trabajan sin cobrar, los pacientes no son atendidos y la gestión sanitaria parece haberse desentendido del conflicto”.
La gestión del gobernador Claudio Vidal, que había prometido priorizar la salud pública en su programa, se enfrenta nuevamente a una crisis sanitaria. Por ahora, el silencio institucional persiste.