“No me importa morir mañana. He vivido, en toda la extensión de la palabra”, dijo el compositor y vocalista del grupo Queen justo un día antes de su muerte.
Las últimas fotos de Freddie Mercury lo muestran en el jardín de su mansión londinense con una sonrisa, relajado y extrañamente sin bigote, rasgo característico del cantante. Delgado y con una camisa muy holgada.
Cuando su amado Jim Hutton disparó esas fotos la leyenda del rock tenía 44 años. Unos meses después Mercury fallecería en esa misma casa como consecuencia de una neumonía y del deterioro de su salud por ser portador de VIH positivo.
Así un 24 de noviembre de 1991, a sus 45 años, moría uno de los artistas más entrañables y míticos de la historia de la música: Farrokh Bulsara, cuyo nombre artístico fue Freddie Mercury.
“No me importa morir mañana. He vivido, en toda la extensión de la palabra”, dijo el compositor y vocalista del grupo Queen justo un día antes de su muerte, el mismo día que contó públicamente que sufría del SIDA.
En 1986, cuando contrae el virus, aún no existían medicamentos para tratarlo y aunque el cantante siempre fue muy reservado con el tema era visible en su aspecto cómo empeoraba su estado de salud.
“Si todo hubiera ocurrido un poco más tarde, Freddie todavía estaría con nosotros gracias a los avances en la investigación del sida. Estoy seguro”, declaró Brian May, guitarrista de Queen, hace unos años al Sunday Times.
En las instantáneas también se lo ve a Oscar, uno de los cinco gatos que la preja adoptó y que fue leal al artista hasta sus últimas horas de vida. De hecho, antes de morir Mercury se aseguró de que sus mascotas quedaran en buenas manos.
Las imágenes fueron tomadas por Jim Hutton, quien fue su pareja durante sus últimos seis años de vida. Dicen que cuando Mercury descubrió su enfermedad quiso terminar la relación con Hutton, pero él se negó: “Te quiero, Freddie. No voy a ir a ningún sitio”, le contestó. Y así fue, Jim fue su fiel compañero hasta el día de su muerte.
La relación entre ambos empezó un poco complicada. Se conocieron en un local en 1984. Pero en ese momento Hutton tenía pareja y rechazó sin dudar a la estrella del rock, que según cuenta en sus memorias, no conocía.
Sin embargo, dos años después, volvieron a encontrarse en un club nocturno y Hutton, que estaba soltero, aceptó una nueva invitación del artista para salir a cenar y no se separaron nunca más.
Durante los años que estuvieron juntos, Hutton trabajó como peluquero del artista. “La reacción de Freddie ante su enfermedad fue de total incredulidad. No se hundió hasta las últimas semanas, cuando realmente se estaba muriendo”, recuerda en el libro “Mercury and Me” que escribió Hutton en 1995 donde cuenta detalles de su relacíón con el artista.
Luego de la muerte de Freddie, Jim Hutton decidió regresar a su Irlanda natal, donde vivió hasta que falleció de cáncer en 2010, con 61 años. “Freddie fue el mayor amor de mi vida y sé que nunca volveré a amar así”, escribió Hutton en sus memorias.
Fuente: FiloNews