Docentes y directivos de Santa Cruz coinciden en que la irrupción del COVID19 y la imposibilidad de la presencialidad dejó expuesta a la escuela, especialmente a la del sistema público, como una institución vinculada a prácticas del pasado.
Si antes de la pandemia nos cuestionábamos cómo se podía captar la atención de un niño frente a un pizarrón si en su casa está continuamente expuesto a dispositivos digitales brillantes y atractivos, ante la llegada de la pandemia, la necesidad de incorporar las herramientas digitales a la educación se aceleró.
Lo que en marzo parecía -en principio- pasajero se fue volviendo permanente: las carpetas, mochilas, las zapatillas compradas especialmente para empezar el colegio y el equipo de gimnasia se quedaron nuevos, casi sin usar.
Según comentarios de docentes -ante la consulta de WOU!- la forma en que se encaró la educación durante el ciclo 2020, fue “dispar” y puede dividirse en dos etapas, la primera de ellas hasta el mes de julio en la que “las directrices no fueron claras”.
Debido a que desde las autoridades de Educación no se aunaron criterios y las líneas de trabajo propuestas eran muy generales, además del escaso acompañamiento “cada escuela hizo lo que pudo y como pudo”.
A ello se sumó que las escuelas públicas, a pesar de tener informática, no venían trabajando sobre las herramientas necesarias para la virtualidad debido a que el acceso a la tecnología en las escuelas es bajo. Se necesitan al menos dos docentes en informática por escuela que estén preparados pedagógicamente para llevar adelante la educación virtual.
Respecto a la evaluación de las estrategias para llevar adelante las actividades, de acuerdo a la opinión de una docente de nuestra ciudad “algunas escuelas solo se mantuvieron por classroom y la responsabilidad de sostener el aprendizaje recayó en las familias, en otras se sumó el zoom h ahí se notó la diferencia”.
Pero en el intento de sumar calidad a la modalidad de enseñanza los docentes también debieron actualizar sus dispositivos personales, “en algunos casos tuvieron que cambiar el celular porque ya estaba obsoleto para la nueva función que necesitaban, y también actualizar sus computadoras” lo cual fue sostenido exclusivamente por cada docente como también la conexión a internet explicó a WOU! un directivo de establecimiento primario de nuestra ciudad.
“La segunda parre del año se organizó un poco mejor, se dio desde el CPE una capacitación sobre herramientas digitales y ya se abrieron los classroom de forma masiva y se empezó a trabajar por meet”, señaló.
Volver a la presencialidad hoy parece algo lejano y con futuro incierto y ese regreso estará signado por el ritmo de las novedades epidemiológicas. Esta crisis puede ser una oportunidad para reflexionar colectivamente acerca de los cambios prioritarios que se deben ejecutar desde el Consejo Provincial de Educación para diseñar como será “la escuela que viene” desde una perspectiva digital y cómo lograr que esta modalidad garantice el derecho a la educación de todos los niños de Santa Cruz.