Luciano
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REBELDES SIN CAUSA 

 

¿Por qué los argentinos somos rebeldes frente a las normas de cuidado?  

Es mundialmente conocido el narcisismo del argentino. A diario vemos como, a pesar del contexto de  profundización del segundo brote, se repiten una y otra vez las situaciones de rebeldía social. 

A la par del aumento de contagios va la transgresión de los individuos que sienten que nada malo les sucederá. Se puede ver sobre todo en los jóvenes;  la incesante necesidad de lograr derrotar a la autoridad y jactarse  de esto, sin reconocer la figura del orden y mucho menos la posibilidad de aceptar límites. Pero, ¿por qué actuamos de esta forma? 

WOU habló con la Psicóloga Josefina Monge, quien trabaja en Río Gallegos, y conoce de la temática, para que nos ayude a entender las conductas sociales que llevan a las personas a “hacer lo que se les da la gana”. 

 

-¿Por qué, conociendo el impacto del virus, la gente no se cuida?

-La gente está cansada. Llegó un momento en que necesitamos salir, socializar, ver gente.  Debemos comprar comida, remedios, etc. Lo difícil es que todos puedan comprometerse a hacer estas actividades como se debe, cumpliendo los protocolos que tanto escuchamos y vemos a diario. Debemos recordar que estamos atravesando una pandemia, todos estamos expuestos; las consecuencias ya sabemos que son extremas y, en muchos casos, irreversibles.

Nos han intentado educar en poco tiempo respecto a los cuidados que todos conocemos: distanciamiento social, lavado de manos, alcohol en gel, evitar aglomeraciones de gente en espacios reducidos, uso de tapabocas y demás. Algunas personas aprendieron y otras no… o bien buscaron atajos frente al aislamiento. Más allá de la educación, que creo que es fundamental modeladora de conducta, está la situación particular que cada persona vive a diario, como por ejemplo las conductas autodestructivas. 

A lo largo de estos meses vimos adolescentes y jóvenes reunidos en grupos sin cuidarse, adultos mayores rebeldes que se negaron al aislamiento. Bajo las ideas omnipotente de “a mi no me va a pasar nada”, “si me agarro el virus lo paso”, muchas personas se manejaron sin cuidados y lamentablemente se contagiaron, lo cual hace que pasen los meses y los casos sigan siendo elevados en nuestra provincia, en el país y en el mundo. También están quienes tuvieron conducta intachable todo el tiempo y en un descuido o un día con poca suerte contrajeron el virus.

 


*María Josefina Monge / Lic. en Psicología -UBA- / MP 469 / 

@terapia_psi_arg: https://www.instagram.com/terapia_psi_arg/


-¿Buscamos la imposición de límites?

-El estado debe garantizarnos orden, y cuando no podemos ordenarnos solos, algún organismo debe intervenir. Es importante que se establezcan pautas claras y que se cumplan de ambos lados. Educar con el ejemplo es fundamental, así es como aprendemos todo desde niños. El mensaje debe ser transparente desde la prevención y el cuidado, no desde el miedo. Hay cierta tendencia a desafiar las normas… y si a eso le sumamos el cansancio  general por el particular 2020 que vivimos, los límites son cada vez más amplios, lejanos y difíciles de respetar. Una cosa es no salir porque no queremos y otra cosa es no salir porque “no nos dejan”. Esto de estar “obligados” al aislamiento ya hace que muchas personas busquen desafiar esa norma, y las consecuencias están a la vista.

La educación es fundamental. Nuestro bagaje emocional y nuestra historia nos condicionan y hacen que cada uno responda de tal o cual manera. La responsabilidad es un hábito (que se adquiere con mucho trabajo y disciplina durante muchos años) o no, y eso determina nuestras conductas. Por eso creo que todo parte de la educación: no solo de la escuela, sino también de la crianza y las experiencias en cada una de las casas van a determinar cómo nos comportemos individualmente y en sociedad.

-Muchos dicen que de esta experiencia vamos a salir fortalecidos. ¿Es así?

-Se puede aprender de esto, ¡claro! Muchas personas valoran más los vínculos, relaciones y extrañan su rutina anterior a la pandemia. Debemos seguir extremando los cuidados para frenar esto entre todos.

Aquí si la responsabilidad individual es más que importante. Debemos sacar aprendizaje y ser resilientes, porque la vida sigue y hay muchas cosas que no van a ser como antes. Tendremos que reinventarnos a futuro, tal como lo hicimos durante el 2020 y lo seguimos haciendo en este año.

 

-¿Qué queda después de un encierro prolongado?

-Queda miedo, ansiedad, angustia, ausencias, duelos, desmotivación, fobias, desgano, sentimiento de soledad, aburrimiento, sedentarismo…. El aislamiento puede llevarnos a la depresión, a la soledad, e incluso a la muerte. Lo bueno es que estos extremos los podemos evitar, aunque estemos encerrados en nuestras casas. Por eso es necesario seguir aprendiendo cosas nuevas, socializar (por medio de la tecnología), hacer ejercicio físico y evitar situaciones estresantes, dormir bien, llevar una alimentación saludable. Todo esto nos permite tener un cerebro saludable, y sólo de esta manera vamos a poder pensar, sentir, emocionarnos y actuar de manera adecuada según cada circunstancia.

 

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