Laura Lewin y Hugo Pizzi nos cuentan por qué se debe retornar a las aulas. La necesidad del contacto y la desigualdad de oportunidades. En Santa Cruz, hace más de un año que los alumnos no tienen la posibilidad de asistir a los colegios.
Laura Lewin es autora, capacitadora, formadora docente y consultora. Es oradora TEDx. Escribe para diferentes medios sobre educación y crianza. También brinda talleres a instituciones educativas y organismos de educación a nivel nacional e internacional. Actualmente es columnista de Infobae, Clarin y Perfil.
Hugo Pizzi es médico, epidemiólogo e infectologo y Magister en Salud Publica. Además es asesor en temas sanitarios en laboratorios internacionales.
Ambos opinan sobre el retorno a las aulas. Y piensan lo mismo.
“Los chicos deben tener la posibilidad de volver a la escuela”.
Está demostrado que el cierre de escuelas potencia las desigualdades.
Está demostrado que afecta la inteligencia emocional.
Está demostrado que afecta a la salud física.
“La escuela es el ordenador de la vida social de los niños y adolescentes, es el espacio para la relación social, para la visualización de violencias; para verse, viendo al otro” comienza Laura Lewin.
El impacto del cierre de las escuelas ha sido devastador a nivel mundial, afectando los aprendizajes, la protección y el bienestar de niños, niñas y adolescentes. La evidencia muestra que son los chicos y chicas más vulnerables quienes sufren las peores consecuencias. Pero, ¿son los alumnos los que llevan y traen el virus a los hogares?
“La presencialidad en las escuelas NO tiene un alto impacto en el nivel de contagios de coronavirus de la segunda ola”, asegura el Dr. Hugo Pizzi.
Mientras tanto, desde el gobierno nacional, y más específicamente desde la cartera educativa manifestaban en esta misma línea que “las restricciones no pueden empezar por la escuela cuando la evidencia demuestra que son espacios seguros y necesarios para acompañar a los alumnos”. Esto dijo Nicolás Trotta, Ministro de Educación de la nación, hace apenas dos días en la reunión del Consejo Federal de Educación.
La información más reciente disponible a nivel mundial indica que, con las medidas de seguridad necesarias, las escuelas no son el principal factor de transmisión en la comunidad (UNESCO-UNICEF 2020). Mientras continúan surgiendo evidencias con respecto a los efectos de la educación presencial sobre el riesgo de infecciones por COVID-19, una revisión de la evidencia actual muestra que la educación presencial no parece ser el principal promotor de los incrementos de la infección, los estudiantes no parecen estar expuestos a mayores riesgos de infección en comparación con el hecho de no asistir a la escuela cuando se aplican medidas de mitigación, y el personal escolar tampoco parece estar expuesto a mayores riesgos relativos en comparación con la población general.
“Cerrar las escuelas debe ser una medida de último recurso que solo deberá tenerse en cuenta tras haber considerado todas las opciones disponibles” agrega el infectólogo.
La interrupción uniforme de clases presenciales a nivel nacional debe evitarse en la medida de lo posible. Evaluar el riesgo de transmisión a nivel local debería ser un factor determinante en las decisiones relacionadas con el funcionamiento de las escuelas.
“Donde existen altos niveles de transmisión comunitaria, los sistemas de salud están sobrecargados y el cierre de las escuelas es inevitable, deberán establecerse medidas alternativas y fortalecer las condiciones para asegurar la continuidad de los aprendizajes y el seguimiento de la situación de los niños, niñas y adolescentes, con especial énfasis en el acompañamiento de aquellos que residen en contextos de mayor vulnerabilidad, aislamiento o que tengan necesidades particulares” impulso Lewin y continuo, “si algo demostró está situación excepcional es que el acceso a recursos tecnológicos y a la conectividad son esenciales para garantizar el derecho a la educación, y lamentablemente no sucede”.
La autora de “La Educación Transformada” señaló que la educación tiene que ser una política de estado y que debe ser considerada “un servicio esencial”.
“La cara más triste de la pandemia fue ver la gran desigualdad que hay a lo largo y a lo ancho de todo el país, que unos puedan asistir y otros no tengan ni siquiera acceso a la virtualidad, es lo que provoca la angustia y como política educativa, la desigualdad irreparable”, dijo la oradora TEDx.
Lewin no solo explico el problema en el nivel de aprendizaje, sino que amplió la mirada hacia la situación psicosocial: “Hay muchos chicos que este año sufrieron de estrés, de ansiedad, algunos tuvieron hasta trastornos del lenguaje, del sueño. Algunos chicos dejaron de intentarlo, dejaron de esforzarse, porque desde el ministerio dijeron que este año no se iba a evaluar y los chicos dijeron “buenísimo, entonces no entrego nada”.
“Hay que reanudar las clases con todos los protocolos”, demando Pizzi , destacando que será clave el control de la distancia social en los recreos y garantizar “que no se produzcan aglomeraciones ni dentro de las aulas o en los baños”.
A mediados del año pasado, el relevamiento oficial ya arrojaba que un millón de chicos estaba fuera del sistema educativo. En referencia a las pérdidas, los informes son lapidarios: Cuando esto termine va a haber chicos que abandonarán la escuela y otros que habrán perdido dos años. Lo que representan dos años en la vida de un niño no es lo mismo que lo que representa para un adulto. Esas edades son fundamentales en el desarrollo. Está absolutamente probado.
En marzo de 2020 cerraron las escuelas. Cuando empezaron a pasar los meses llego evidencia que aclaraba que las escuelas no son focos de contagio, y en vez de avanzar en este contexto, se perdió tiempo. Santa Cruz podía volver a la presencialidad. Pero no se hizo. Aun hoy no se hace.
El Gobierno provincial , en vez de plantear un plan educativo para volver a las aulas, incluso sabiendo la estacionalidad del virus, podría haber propuesto cambiar las vacaciones y tomar parte del verano, ganarle tiempo a la segunda ola, buscar estrategias. Pero no se hizo. Aun hoy no se hace.
La escuela, más allá de su función primaria en el aprendizaje, tiene un rol central en el bienestar integral de niños, niñas y adolescentes.
Y esto es lo que se debe ponderar. La educación es un derecho, y acá claramente se está vulnerando.