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Luciano
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SENDERISTAS OSADOS

El intendente del Parque Nacional Patagonia, Pablo Agnone, y el scouting de 100 km que realizó cruzando toda la Meseta del Lago Buenos Aires, para avanzar en una nueva propuesta destinada a los senderistas más osados. Cien kilómetros de caminata entre los incomparables paisajes y la biodiversidad del noroeste de Santa Cruz.

 

Cien kilómetros de caminata entre los incomparables paisajes y la biodiversidad del noroeste de Santa Cruz. Guías capacitados e instalaciones renovadas completan una propuesta en la que se viene trabajando desde hace dos años.

La iniciativa surgió desde los visitantes aficionados al trekking. La búsqueda de nuevas experiencias durante las caminatas es una demanda creciente entre los que llegan al Parque Nacional Patagonia. Sin dudas, el noroeste santacruceño ofrece un gran potencial para desarrollar nuevas y seductoras propuestas para los amantes de esta actividad física.

En esa búsqueda se lanzó Pablo Agnone, intendente del Parque Nacional Patagonia, junto con Federico Djeordjian, titular de la agencia de viajes “Chelenco Tours”. Ambos comparten el interés por las actividades de montaña, siempre pensando en el desarrollo turístico. “En mi caso, como administrador de un área trato de promover las actividades que tienen que ver con el disfrute y el desarrollo de un área protegida”, cuenta el intendente.

La idea es incorporar al uso público un sendero de largo recorrido que cruce la meseta del Lago Buenos Aires. “Lo que estamos buscando es que la gente, con un perfil más experimentado, pueda subir un escalón y encarar este tipo de travesía”, dice el administrador.

Fue así que comenzaron la caminata desde el “Portal La Ascensión, para atravesar toda la Meseta del Lago Buenos Aires hasta su margen sur, para llegar al destacamento de guardaparques en el paraje ´El Sauco´. Son aproximadamente 100 km. Hacer el relevamiento nos llevó dos días largos”, relata Agnone.

“Fuimos explorando para conocer la viabilidad del recorrido, para que la gente pueda acceder. La idea que surgió es acondicionar cinco antiguos puestos de campo para que sirvan de refugio y se pueda hacer la travesía en aproximadamente en 5 días, 4 noches, pernoctando en ellos”, agrega.

 “La primera sensación que me dio la meseta, es estar en otro planeta”, dice Agnone al comparar el paisaje que sale desde el Lago Buenos Aires, con molles, coirones, calafates, y llega a un lugar donde la vegetación es totalmente adaptada y predomina la piedra, salpicada por algunas lagunas de altura. “Tenemos el Monte Zeballos y una vista inmejorable del Monte San Lorenzo. En la Laguna ´El Sello´ pudimos avistar más de mil flamencos y cisnes”, cuenta el explorador.

Una variable que hay que tener en cuenta es la climática. “Va a depender de la época del año, pero independientemente de eso, son condiciones extremas, con fuertes vientos, bajas temperaturas y un suelo totalmente agreste, conformado por afloramientos rocosos, pequeños volcanes. Es el ambiente característico de la estepa patagónica muy interesante de ver”, explica Agnone.

Desde la administración del parque se viene trabajando en un relevamiento que busca ampliar los circuitos y sus servicios, con instalaciones acordes y personal capacitado.

“El Rincón”, “El Huevo”, “La Gaucha”, “Méndez” y “El Sauce” son los puestos a los que se le relevaron sus condiciones. La idea original es ponerle calefacción con combustión lenta, mantener las cocinas económicas que existen  y hacer trabajos de mantenimiento de cierre, aberturas, ventanas, reparación de techos, etc. “Queremos que tengan una misma fisonomía, para que la gente los pueda identificar y que puedan acceder con pautas similares a las de un refugio de montaña tradicional. Que hagan un uso sustentable, seguro y responsable”, dijo el intendente del Parque.

En 2020 se pudo conformar un grupo de guías en conjunto con la Fundación Rewilding Argentina. Una vez que ya esté consolidado el circuito, “la idea es tener guías que puedan acompañar a la gente, utilizando la mano de obra local calificada y resguardar este recurso natural y cultural que tenemos en el Parque Nacional Patagonia”.

Agnone afirma que “estamos trabajando también con el Club Andino de Perito Moreno, que se está consolidando fuertemente en la localidad, y buscamos que puedan ser precursores de esto y puedan acompañar a las personas en el recorrido”.

La fragilidad del ambiente no permite desarrollar actividades de forma masiva. “Pensamos en grupos reducidos, quizás no mayor a diez personas, con el acompañamiento de un guía Queremos velar por las condiciones de conservación más allá de la flora y la fauna, allá arriba tenemos un recurso arqueológico enorme”.

La segunda etapa de este ambicioso proyecto contempla unir este circuito con el Parque Perito Moreno, atravesando y conociendo la zona del Lago Posadas e ingresando al parque por la zona del Lago Belgrano. Eso podría insumir unos 15 días, una experiencia fabulosa para desarrollar en verano.

Agnone apuesta a que, el desafío de cruzar la emblemática meseta del Lago Buenos Aires, se convierta pronto en un icono infaltable en los destinos de la comunidad de senderistas. La pandemia no constituye ningún obstáculo para ello. Y, además, tiene un enorme valor agregado: “Es una alternativa muy interesante que sumará al desarrollo turístico de la región”.