La ausencia de clases presenciales, tema desde ya desbordado de opiniones en todo el país, y que tuvo a Santa Cruz de protagonista (una vez más) forma parte de una triste continuidad en la que la irregularidad de asistencia a las aulas, fue y es una de las características que más empañan y complican en el futuro a la provincia.
¿Por qué fue una decisión política que no haya clases presenciales, y ahora, a contrarreloj, se busca todo lo contrario?
Como se publicó en Wou noticias, existía un Plan nacional de Vacunación contra el Covid-19, diseñado en diciembre de 2.020, que priorizaba la inoculación a mayores de 60 años, trabajadores de la salud, de las fuerzas y a los maestros de todo el país.
Los docentes no fueron prioridad en Santa Cruz porque el ministerio de Salud resolvió vacunar por grupo etáreo, justo cuando era el turno de los educadores. Se habían vacunado policías, enfermeros, médicos, mayores de 60 años, y personas de 18 a 59 con comorbilidades graves, pero no a los maestros.
Si se los vacunaba, las clases debían comenzar cuasi normalmente este año de manera combinada: tres días en las escuelas reforzadas con virtualidad.
El gobierno decidió, en principio, vacunar a maestros de municipios que no tengan transmisión comunitaria del virus, para que haya clases presenciales. Como esto alcanzo a casi 11 municipios de un total de 14, comenzó a inocular a comunas con bajos índices de contagio.
Luego de la cuarentena del 22 al 20 de mayo, 10 localidades iniciaron las clases presenciales. Se fueron añadiendo comunas, como fue el caso El Calafate, a donde enviaron oportunamente vacunas (Nota al pie: el intendente Javier Belloni integra el Frente de Todos, pero su constante crítica al gobierno central por cómo manejo la pandemia iba a provocar el reclamo de vacunas, así que el gobierno se anticipó).
Sin embargo, las localidades con la mayor cantidad de matrículas escolares, como son Caleta Olivia y Río Gallegos no hay clases presenciales. El gobierno analiza el retorno luego de las vacaciones de invierno, y apura la vacunación.
Este cambio en las prioridades sólo se explica por un cambio a nivel nacional: las clases deben retornar a meses de las elecciones legislativas, esa es la premisa.
Pero existe un problema, la variante Delta que llegará indefectiblemente al país, agrava los planes de vacunación, porque esta cepa del coronavirus, mucho más contagiosas que las demás variantes, puede ser contenida pero sólo si hay dos dosis aplicadas en la población objetiva.
A la fecha, en Santa Cruz sólo el 9,54% de la población tiene las dos dosis aplicadas. (Esta decisión fue tomada por el gobierno nacional en marzo de este año, que ante la escasez de vacunas, resolvió diferir la segunda dosis durante tres meses).
Decisiones erróneas, especulación ante las elecciones, resultó en tiempo perdido desde marzo a la fecha, sumado a un cambio en la vacunación, que nunca se le explicó a los gremios docentes, provocó ese desastre que sumaría dos años sin clases presenciales.
Lamentablemente no se necesita utilizar a Santa Cruz y a la pandemia como un ejemplo de lo que no se debe hacer con la educación.
Santa Cruz, con mayores índices de repitencia, para dar solo un dato triste estadístico, es el territorio que desde el retorno de la democracia, tuvo más días de paros docentes.
En 2.018, la ONG Argentinos por la Educación dio a conocer un informe por el cual:
-En el período 1983-2018, las provincias con mayor cantidad de días paro promedio por año fueron Neuquén (16 días de paro) y Santa Cruz (16 días de paro), y las provincias con menor cantidad de días de paro fueron Formosa (6 días de paro), y La Pampa (6 días de paro).
-Un estudiante que comenzó Primer grado en 2.013 y finalizó la Primaria en 2.018 en Santa Cruz, estuvo expuesto a 261 días, días de paro docente, lo que equivale a casi un ciclo lectivo y medio. ( En segundo lugar aparece Chubut donde hubo 208 días de paro docente entre 2013 y 2018)
El estudio alcanza sólo un año a la actual titular del CPE, María Cecilia Velázquez, quien asumió en abril de 2.017.
Sea buena o mala la gestión educativa, Velázquez quedará en la historia por ser la titular de educación durante una pandemia mundial.
Será preferible no conocer cuáles serán los resultados de lo no aprendido durante 2.020 y 2.021.
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