Las tres bancas que se renovarán en Noviembre, pero que antes deben atravesar las PASO -no todos los partidos, porque no es obligatoria la interna abierta- obviamente representan una elección importante.
Pese a no ser de la elección con mayor participación (en 2.019 hubo miles de voto en blanco en esta parte de la boleta) tiene una gran significancia para el elector, porque define las políticas publica nacionales y de la propia provincia en el Congreso de la Nación. Por ejemplo: Ley de Matrimonio Igualitario (2.010) y Aborto Legal (2.020), las leyes más importantes que implicaron un cambio cultural y social fueron aprobadas allí, en ese recinto.
Para los gobiernos es la reafirmación de su gestión. Lo será para la dupla Fernández en la Presidencia y Vice; y también para Alicia Kirchner en Santa Cruz.
En la provincia en la que nació el kichnerismo, el oficialismo no la tiene fácil desde hace 2.009, cuando en la oposición ingresó Eduardo Costa como candidato a diputado nacional por primera vez.
Pero uno más uno no es igual a dos en política.
En 2.017, cuando ganó la oposición y permitió el acceso a la banca a la actual diputada Roxana Reyes, que tuvo el envión de la candidatura del ahora Senador Eduardo Costa, y de Antonio Carambia (ahora fuera del frente opositor), el kichnerismo obtuvo 30% de los votos.
Fue un año con un conflicto duro en el sector educativo, con más de 120 días sin clases, pero esto no impidió que Juan Vázquez (ahora renunciado al partido) logre una banca. Estaba claro a qué apuntaba ese año el kichnerismo.
Por eso la fórmula lanzada el sábado pasado con Gustavo González, Intendente de Puerto Deseado; Moira Lanesan Sancho, secretaria de Comercio del municipio de Rio Gallegos; y Carlos Aparicio, sea o no una buena lista, nadie puede aseverar que le irá muy mal o muy bien. El motivo: la pandemia.
El Frente de Todos -alter ego del kirchnerismo -siempre se recicla, y es pragmático. Una derrota significará y no significará nada de cara al 2.023.
Sucedió en las legislativas anteriores, cuando perderlas implicó un cambio de reglas electorales, alianzas que permitieron la continuidad en el Ejecutivo provincial. En 2.009, Néstor Kirchner perdió las legislativas contra Francisco De Narváez, el candidato de la vieja coalición UNION-PRO. Dos años después, Cristina Kirchner fue electa Presidenta con el 54% de los votos.
Tendrá significado sólo si la derrota es menor al 30% de los sufragios, que es la “base” de este partido.
No significará nada, si es del 30%.
Significará algo si SER Santa Cruz, obtiene un porcentaje importante y logra una banca.
No significará nada si el partido de Claudio Vidal no se llena las urnas.
Significará sea cual sea el resultado, una lucha por los candidatos de todos los espacios del FDT que deseen ser candidatos a Gobernador dentro de dos años.
La lista del oficialismo busca contener a los Intendentes, pero habrá que ver si esto es suficiente.
Bonus Track: En una entrevista realizada en uno de los medios de Río Gallegos, el Intendente González convocó a “la gente a ser clara sobre qué quiere para el pueblo”.
Es difícil exigirle a otro, una cualidad de la cual uno carece.
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